Colima, en una de sus peores crisis de inseguridad y violencia

Categoría: DERECHOS HUMANOS Escrito por CSR

 

Resolución de la Coordinadora Socialista Revolucionaria 

Al concluir el primer semestre del presente año, la Coordinadora Socialista Revolucionaria (CSR-Colima) realizó un análisis de la situación de la violencia e inseguridad en Colima. Con datos duros y la revisión de diversos aspectos, el resultado fue un panorama completo que refleja la actual realidad que padece la población.
Reproducimos para el público de Tlanesi un fragmento del estudio y al final proporcionamos la liga de internet en la que puede ser leído el texto completo. 

 

La crisis de violencia en Colima | Resolución de la CSR

Julio de 2022 | Coordinadora Socialista Revolucionaria – Colima

  1. Seis meses después: el panorama actual de la violencia en Colima

Hemos llegado a una de las peores crisis de inseguridad y violencia de la historia reciente de Colima. De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en lo que va del 2022, la tasa de homicidios dolosos es de 44.2 por cada 100 mil habitantes, lo que nos coloca en el primer lugar nacional. En la siguiente gráfica que hemos elaborado a partir de los datos de dicho Secretariado, podemos apreciar la tendencia a la alza de estos crímenes en nuestro Estado.

grafica violencia

Tenemos también otro deshonroso primer lugar en feminicidios. Entre el 1 de enero y el 31 de marzo de 2022 se cometieron 14 homicidios dolosos contra mujeres en Colima, es decir, 3.45 por cada 100 mil mujeres, muy por encima de la media nacional, que fue de 1 asesinato por cada 100 mil mujeres.

Según datos del INEGI, la percepción social de inseguridad pública por parte de las y los habitantes de la ciudad de Colima pasó de 66.5% en diciembre del año pasado a 85.7% en marzo de este año, una subida considerable apenas un mes después del inicio de la ola de violencia. Los asesinatos, secuestros, tiroteos, narcomensajes, incendios provocados y abandono de cuerpos suceden a plena luz del día, en medio de zonas habitacionales y avenidas transitadas, incluso cerca de escuelas, con un componente, además, de clase: son las colonias populares como La Albarrada, Liberación, Torres Quintero, El Zalatón, El Mezcalito, entre otras, las más expuestas a la violencia y a la presencia militar.

Los altos niveles de impunidad (solo 1.8% de los delitos denunciados son castigados en Colima, según la asociación civil Impunidad Cero) y la lentitud de las investigaciones, sumados a la falta de comunicación generalizada por parte del gobierno, han causado incertidumbre y descontento entre la población, además de un desgaste político significativo de la aprobación de Indira Vizcaíno (como se puede comprobar en diversas encuestas de aprobación ciudadana) a tan solo pocos meses de haber asumido el ejecutivo del Estado.

  1. Efectos sociales y económicos de la violencia

Uno de los sectores económicos golpeados directamente por la crisis de violencia en el estado son las pequeñas y medianas empresas, ya de por sí afectadas por la parálisis de la pandemia. Estos negocios dependen del consumo diario de la población, y el miedo a salir a la calle provoca una disminución de la clientela, por lo que no pueden seguir solventando sus gastos frente a la competencia de las grandes empresas. Es por eso que varios negocios locales, como restaurantes y tiendas, se vieron orillados a cerrar sus espacios de trabajo, incrementando aún más la precarización de los trabajadores colimenses.

Otro sector laboral vulnerable es el de las y los trabajadores de “aplicación”, tanto de transporte como repartidores. Estos empleos se caracterizan por la falta de regulación laboral, la explotación, la nula paga de prestaciones y el abandono de las responsabilidades de los patrones. Estas condiciones permiten que los trabajadores sean blanco de las organizaciones criminales, quienes transportan a través de ellos mercancías ilegales como drogas, armamento o municiones, sin que el repartidor lo sepa, exponiéndolos así a atentados como el que sufrió un repartidor de comida rápida el 6 de marzo, en la colonia La Albarrada, causándole la muerte.

En el panorama social, la población muestra síntomas de miedo, hartazgo y desconfianza hacia la policía, los militares y todo el aparato de Seguridad Pública del Estado. Pero al mismo tiempo, afloran en la sociedad discursos conservadores de criminalización y estigmatización hacia ciertos sectores socioeconómicos marginados, producto del bombardeo ideológico que las clases dominantes infligen a través de sus medios de comunicación, en donde priorizan el morbo gráfico, el desprecio y la deshumanización de las víctimas, por sobre el entendimiento crítico del fenómeno social de la crisis de violencia.

https://socialistarevolucionaria.org/la-crisis-de-violencia-en-colima-resolucion-de-la-csr/