Sucesión de rector en la Ucol afianza el poder del Grupo Universidad: Noé de la Vega

El Consejo Universitario eligiendo rector a mano alzada. Foto: UCOL

 

COLIMA, Col.- En la elección del nuevo rector de la Universidad de Colima (Ucol), Christian Torres Ortiz Zermeño, se impuso el Grupo Universidad, que encabeza el exrector y exgobernador Fernando Moreno Peña, señaló el politólogo Josué Noé de la Vega Morales, catedrático jubilado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la institución educativa.

“Para mí —dijo— es el regreso de Fernando Moreno, para estar en una mejor posición en el proceso electoral que se avecina y poder también influir de manera importante en la selección de candidatos priistas a diputados, alcaldes y a la gubernatura”.

De la Vega Morales consideró que el cuestionado manejo de los recursos económicos de la Universidad en la gestión de Hernández Nava, pudo haber colocado al rector saliente en una débil posición en las negociaciones para la definición de su sucesor y se vio obligado a dejar la rectoría a un personaje muy cercano al Grupo Universidad.

Precisó: “Creo que ahí fue donde le torcieron finalmente el brazo, porque cedió hasta donde yo tengo entendido, todo, probablemente a cambio de la protección de Fernando Moreno a través de Christian Torres Ortiz; yo soy de la idea de que al salir Hernández Nava tendría que haber una auditoría forzosamente de entrega-recepción, pero no la va a haber, no se habla de auditoría sobre el manejo de los recursos”.

El académico estimó que “seguramente también la Secretaría General y otros cargos estratégicos de la institución quedarán en manos de personajes muy cercanos al grupo de Moreno Peña, quien se ve que avasalló; no tuvo la fuerza política el rector saliente y tenemos el regreso de los viejos tiempos”.

 

 

Christian Torres Ortiz Zermeño. Foto: UCOL

 

CON TORRES ORTIZ SE FORTALECE EL CONSERVADURISMO

Según Josué Noé de la Vega, con la llegada de Christian Torres Ortiz a la rectoría —por el periodo 1 de febrero de 2021 al 31 de enero de 2025— se verán fortalecidos los sectores conservadores de la institución, por su formación en la Universidad Anáhuac, de los Legionarios de Cristo, y en la Universidad de Miami, donde el ambiente a su alrededor es “muy macartista”.

Lo que podría esperarse del nuevo rector, indicó De la Vega, es que su perfil “sea más de corte conservador: puede ser un tecnócrata que implementaría con más fuerza muchas acciones, digamos, excluyentes, donde las ciencias sociales no creo que se desarrollen mucho; la filosofía y las áreas humanísticas pueden sufrir también una pérdida de crecimiento”.

Así también, opinó que se impondrá la verticalidad y “no cambiará absolutamente nada; creo que seguiríamos con el mismo modelo, la misma estructura más fuerte; las fuerzas conservadoras tecnocráticas ahí estaban: tenemos el caso del coordinador de Investigación Científica, Alfredo Aranda, con el que es muy posible que haga también fuertes alianzas y quizá con otras personas, lo que permitiría formar un tipo de grupo muy conservador al interior de la Universidad con matices de tipo académico, que sería una nueva legitimidad”.

La elección de Torres Ortiz Zermeño como nuevo rector, en la sesión del Consejo Universitario realizada el viernes 23, no causó sorpresa en la comunidad universitaria ni en la sociedad colimense, pues la “cargada” oficial se inició desde el martes pasado cuando se registró como aspirante y se intensificó el jueves cuando fue anunciada la terna.

Finalmente, como ha sido costumbre durante las últimas décadas en la mayoría de los procesos de cambio de rector, en la sesión del Consejo el ungido se convirtió en candidato “de unidad”, tras las declinaciones en su favor de los otros integrantes de la terna, para que los integrantes del Consejo lo “eligieran” a mano alzada seguida de una ovación.

De la Vega Morales dijo que el ambiente de la pandemia permitió que la comunidad universitaria estuviera desmovilizada ante esta sucesión rectoral, lo que evitó una discusión sobre el proceso y las candidaturas, “aunque no es característica de la Universidad de Colima que haya fuertes discusiones en su interior”.

Las circunstancias también facilitaron a las autoridades universitarias consumar “fríamente” en el plazo de una semana todo el proceso, con una convocatoria que estableció plazos de registro de un día para otro, al que acudieron sólo candidaturas “del aparato”, pues aunque “no conozco a todos, puedo decir que la mayoría fueron candidatos de paja, impuestos por la propia autoridad universitaria para aparentar una pluralidad en el proceso”.

Josué Noé de la Vega destacó también que “ninguno de los aspirantes presentó a la comunidad universitaria una propuesta de programa académico, ni siquiera eso hubo en este proceso electoral. No fueron para ellos interlocutores los miembros de la comunidad universitaria, los borraron del mapa”.