La defensa del agua es vida, la mina no: Olivia Teodoro

 

Escrito por Marco Antonio Pérez Gaspar

Aún en su memoria están registrados como si hubieran ocurrido ayer el peregrinar que junto a varias mujeres tuvo que iniciar hace nueve años Olivia Teodoro Aranda, a sus 43 años, por defender el agua de los manantiales de Zacualpan de los inversionistas foráneos que con engaños habían convencido a Carlos Guzmán, representante de Bienes Comunales de Zacualpan, para explotar los recursos minerales en las tierras de la comunidad indígena ubicada en el municipio de Comala.

“Empezamos a luchar en contra de una mina, se querían meter a la comunidad de Zacualpan, de eso ya han pasado nueve años, eso llevamos luchando. Nos enteramos de una reunión que hubo ahí en la comunidad, como yo soy comunera, ahí se inició como una compra de la comunidad, porque yo vi raro, primero nos ofrecieron un Centro de Salud bien equipado, un carro para viajar, deporte para los niños todo bien, cuando con anterioridad el gobierno del estado de Colima no nos tomaba en cuenta”.

Así inicia su relato Olivia en un receso de la venta de pozole en el local del Frente en Defensa del Maíz en el centro de Colima, como cada sábado después del mediodía que junto con la venta de chacales por la temporada de lluvias transcurre nuestra conversación.

—¿El gobierno nunca los había tomado en cuenta?

—Pues no, porque cosas como esa, el centro de salud está como cedazo, y esa vez estuvo Rigoberto Verduzco, recuerdo bien su nombre, porque fue a ofrecernos por la mina, quería que los comuneros firmáramos para que se abriera la mina. Anteriormente lo habíamos hecho, pero se hizo para sacar la prueba, gracias a Dios se hizo como exploración y no la hicimos como explotación, de esa manera estaríamos vendiendo sin saber nosotros que significaba esa palabra.

Alfredo Álvarez Ramírez en su tesis de maestría “El Proceso de conformación del Consejo Indígena por la Defensa del Territorio de Zacualpan, Comala en la lucha contra el extractivismo minero” por la Universidad Autónoma Metropolita, unidad Xochimilco relata:

“A petición de habitantes de Zacualpan, inconformes con el proyecto minero, desde los últimos meses de 2013, los integrantes de la organización defensora del ambiente Bios iguana brindaron asesoría y acompañaron en su primera etapa la conformación del Consejo Indígena por la Defensa del Territorio de Zacualpan (CIDITZ), que logró destituir a la mesa directiva del Comisariado de Bienes Comunales –que pretendía imponer el proyecto— y obtuvo la declaratoria del pueblo como “territorio libre de minería”.

El 18 de noviembre de ese año se realizó la primera asamblea pública en la plaza principal de Zacualpan. Allí se acordó no permitir la instalación de empresas o actividad minera en su territorio, promover el territorio libre de minería, capacitarse para defender su territorio, y rechazar cualquier intento de oferta o dádiva del empresario o del gobierno con el fin de lograr permiso de la Asamblea para que permitiera la instalación del proyecto minero en su territorio.

Un día después de la asamblea en que participaron más de 300 personas de la comunidad, el Ejército se presentó de manera intimidante en la comunidad indígena y más tarde también lo hicieron el entonces presidente municipal Braulio Arreguín Acevedo y el delegado de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), David Rodríguez Brizuela, para entregar a la comunidad un reconocimiento al premio nacional de reforestación, lo que fue tomado por el CIDTZ como una provocación.

El 27 de noviembre de 2013 integrantes del CIDTZ y la organización ambientalista Bios Iguana A.C., ofrecen la primera rueda de prensa pública donde se denunció que existían intenciones de establecer una empresa minera en su territorio sin información ni consentimiento de la comunidad indígena violentando el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OTI) firmado por México en el cual se obliga en su artículo 15 a consultar a los pueblos interesados mediante procedimientos apropiados para determinar si los intereses de los pueblos serían perjudicados.

Podemos decir que el CIDTZ empieza a tomar forma orgánica a partir del 1 de diciembre de 2013 después de que Carlos Guzmán, presidente de bienes comunales en ese momento, había tratado de imponer durante cuatro asambleas el proyecto minero.”

MUJERES DEFENSORAS DE TIERRAS Y TERRITORIOS

De acuerdo con Olivia Teodoro el empresario Rigoberto Verduzco estaba muy interesado en los resultados de los estudios de la tierra junto con Carlos Guzmán Teodoro, comisionado de bienes comunales. “Nos pusimos en contra de él, fíjese es muy bonita la lucha porque él era el comisario y nosotros lo sacamos, interpusimos un recurso para destituirlo Epitacia Zamora ‘Pita’, el compañero Lupe y yo entramos de suplentes para terminar esa etapa que a él le quedaba”.

—¿Cuánto tiempo le quedaba?

—Le quedaban tres meses para terminar su periodo, pero como metimos un amparo, lo ganamos tuvimos que cubrir ese periodo que se extendió a nueve meses, y ya el abogado había puesto que fueron interinos. Él quería que estuviéramos para los tres años, pero no se pudo, salió la resolución para que fuera a nueva elección de ahí ganaron otros compañeros que estaban a favor de que no se pusiera la mina. Así fuimos avanzando, gracias a Dios que los compañeros no nos cansamos, al gobierno de Mario Anguiano Moreno del PRI lo teníamos harto, no nos quería, ya estábamos afuera solos luchando para que la mina no se hiciera. Ahora puedo decir con orgullo porque acaba de salir una resolución de un recurso para que Zacualpan fuera libre de minería, de hecho logramos ante instituciones como Sagarpa, Conafor para que desde 2014 fuera libre de minería, todavía estamos alertas, trabajando, luchando. Ahora con el nuevo gobierno de Indira Vizcaíno Silva, de Morena, tenemos mucha confianza de qué este gobierno no nos va a tratar como el anterior ya que dice si Zacualpan no quiere la mina, no se va hacer la mina, sobre todo por el agua que nosotros les decíamos en ese tiempo, que no sólo estamos pidiendo para nosotros sino para Colima y Villa de Álvarez, la zona conurbada. Ayúdenos para que los manantiales que abastecen no se contaminen es importante, fuimos golpeados, hubo muertos, hubo sangre derramada pero ahí estábamos, resistimos, no desistimos a pesar de las amenazas.

—¿De qué manera fueron violentados?

—En ese tiempo que cambiamos al encargado de Bienes Comunales, otra compañera y yo, nos llamaron de parte del gobernador Mario Anguiano, a nosotras porque éramos las alborotadoras. A mí me ofrecieron que mi hijo mayor había egresado, pero no se había titulado. Mandó Mario decir lo que se me ofreciera: una casa, tu hijo no está titulado, ¿Cómo sabían qué mi hijo no estaba titulado?

—¿Él que había estudiado?

—Administración de empresas en la Universidad de Colima, me decían: lo que quiera, pero yo prefiero que mi comunidad tenga agua y vivan todos bien mis hijos, mis nietos en ese momento, de esa manera ya vieron ellos que no era tan fácil corrompernos. Como decía la compañera Pita Zamora: “somos indios civilizados”, porque gracias a un grupo ambientalista Bios Iguana cuando se inició la lucha ellos fueron a hacer un evento sobre una mina en Zacualpan, yo la verdad no sabía nada, pero yo seguí las reuniones. Haz de cuenta, fuimos las primerizas vamos a decir a fulana, fulana, vengan. Así convencimos a varias gentes de la comunidad, que la mina esto, otras creían y otras no porque a mí no me pasaba en la cabeza lo que era una mina, la contaminación que con ella vendría.

—¿Qué tenía usted en mente sobre una mina?

—Pues yo decía: seguramente van a sacar los pedazos y ya se los van a traer. Cuando este grupo de Bios Iguana empezó a decir que ocasionan, yo dije esto yo no quiero para mis hijos, ni para mis nietos, ni para mí.

—¿Cuáles eran las consecuencias de la explotación de la mina?

—Primero el agua, porque ocupa mucha agua para lavar ese metal, utilizan mucha agua. Nos decían los vecinos de Colima y Villa de Álvarez, porque son tontos, después compran el agua, venga la mina, pero no veían las consecuencias del cáncer de piel, la tos, muchas consecuencias que yo me enteré y yo dije no queríamos esa calidad de vida.

—¿Sabe cuál fue el resultado de las exploraciones que hicieron?

—Pues tiene oro, plata, manganeso, cobre. Eso es lo que tiene, eso nos dijeron en la reunión, el minero llevaba cuatro meses de adelanto para que nosotras aceptáramos, porque la asamblea era la máxima autoridad en la comunidad. En ese tiempo era Carlos Guzmán el líder que vendía todo y nosotros sin saber. A mí me da gusto porque en esa asamblea, mayoría mujeres, les gritábamos a los hombres sí quieren dinero váyanse a trabajar porque nosotros no vamos a vender nada, ni a firmar nada ese día me dice Carlos Guzmán:

—¿Pero porque no quieren venderla mina? es bueno.

—Le gritamos, no ratero tú vete, tú si quieres vender ya hiciste mucho daño a la comunidad. Eran puras mujeres y seguimos siendo puras mujeres en la lucha. Nos juntábamos más y más mujeres. Me da gusto porque Zacualpan se puede decir que cuando yo era niña mi mamá era muy cohibida, no la dejaban salir, y en este momento en que se trataba de defender a nuestra comunidad salimos muchas mujeres. Los hombres a trabajar, platicamos ahora ya que de donde vamos a sacar comida para comer nosotras porque todas nos la pasábamos aquí en pie de lucha en especial nosotras las iniciadoras. Cuando más ayuda necesitamos fue cuando fuimos interinos, la gente se cooperaba nos decían aquí te van 100, 50 pesos, yo no puedo ir a Colima a luchar, gente joven como Alfredo Álvarez y Vladimir Parra nos apoyaron. A mucha gente le agradecemos mucho que en Zacualpan no haya mina, esa gente que el gobierno quería comprar Mario Anguiano, después Ignacio Peralta Sánchez, nunca nos dieron la cara. Íbamos ahí, tomábamos el Congreso del Estado, de ninguna forma nos querían atender. Ellos ya habían recibido un dinero, como a nosotros nos iban a dar un adelanto para no sé cuántos volteos, sin embargo, la gente se opuso, gente de comunidades más lejanas de Zacualpan nos decían que iban a sacar los volteos. ¿Usted cree que para muestra iban a sacar cincuenta volteos?

“Yo no creo, se estaban metiendo la gente de más arriba de la comunidad de Rayones, El Pame, El Cóbano, (lugar de la comunidad de Zacualpan donde año con año se realiza la misa de ‘buen temporal’ como parte del ciclo agrícola) estaban sacando los metales y se los traían, llegó un momento que los de arriba les dijeron: ¿ya no te lleves tanto, porque te estás llevando bastante? Ya no era para exploración, sino para explotación, pero lo bueno es que nosotros traíamos a un abogado, aunque no le pagábamos siempre la gente nos cuestionaba con qué dinero le pagábamos al abogado tan bueno. El abogado era gratis, porque no nos cobraba, él se acercó a nosotros cuando nos llegó un requerimiento por “laberintosos”, solamente el abogado podía leer ese papel: ‘Esto es rápido nos dijo y lo tengo que hacer mañana para que a ustedes no los agarren’.

“Nosotros como representantes interinos, la señora Pita Zamora, el compañero Guadalupe y yo, desde ahí el abogado Benjamín Luna Alatorre nos empezó a apoyar. Por él nosotros no estuvimos tampoco en la cárcel, de ahí empezó a ayudarnos con cooperaciones de nosotros mismos, le abonábamos porque era un profesional y no era pagado por nadie más que por nosotros, por el gobierno menos porque en ese momento hubiera sido de desconfianza.

“Después nuestro abogado pasó a ser consejero ciudadano de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Colima (CDHEC), aunque desde 2014 él nos respaldó en lo jurídico porque en Zacualpan no tenemos abogado especialista en temas de las comunidades, a pesar de tener una gran parte de la comunidad en contra de nosotros, algunos decían no es cierto no hay mina, personas que nos les interesaba acudir a las asambleas”. 

De acuerdo al informe Tendencia en Defensoras de Tierra, Territorio y Justicia de la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos (2021), “ los procesos de represión individuales que están viviendo las defensoras de tierras y territorios es un atentado contra la comunidad en su conjunto que muestra las causas subyacentes de un modelo de desarrollo extractivista, capitalista y depredador, que es profundamente patriarcal y por eso ataca de forma específica y diferenciada a las mujeres”.

El documento afirma que la defensa ejercida en los territorios no es individualizable, por lo tanto, las consecuencias de silenciar las voces de defensoras representativas impactan en las esferas familiares y comunitarias, y tienen repercusiones importantes en las redes territoriales debilitando su capacidad de resistir en el presente y futuro. De ahí que el asesinato de una defensora tenga repercusiones cruciales para las comunidades y los territorios en resistencia.

LA TRIPLE JORNADA DE LAS MUJERES 

Al inicio de la lucha por la defensa del agua, el mundo de Olivia Teodoro se trastoca: “Las mujeres estábamos a cargo de la casa, en ese momento yo tenía un niño de 12 o 13 años, a quien descuidé por venir a luchar y dejarlo allá solo; se me fue a las drogas, ya cuando volteé a verlo otra vez ya tenía 16 años, me dije ‘he olvidado a mi hijo’, empecé a brindarle atención, la lucha se estableció lo más fuerte había pasado en el 2014, casi estuve por perder a mi hijo. El gobierno ya nos decía: si tú vienes hacernos daño vete para allá. Lo más fuerte fue durante el gobierno de Mario Anguiano, con Ignacio Peralta Sánchez nos ganamos el respeto, Zacualpan nos lo ganamos, somos respetados gracias a que nos llenamos de valor: no quiero la mina aquí, no sabíamos en ese momento sí había derechos humanos para nosotros, todo por pelear algo que es para todos nos trataban así.

—¿Cómo se sentía usted con la reacción de la ciudadanía?

—La verdad nos sentíamos mal, porque no estás así sino es por ayudar a la gente. Decíamos: qué estás haciendo tú por ayudar. A los policías les decíamos: Qué lástima me das teniendo tú las armas y no poder ayudar a la gente, porque la verdad también estaba corrompida hasta con el gobierno.

—¿En algún momento llegó a pesar qué su vida estaba en peligro?

—Muchas veces, pero decía yo: por defender a mi comunidad no importa. Decíamos: Vamos, no importa que nos agarren a todos; se va uno, nos vamos todos. De hecho, cuando vinieron de la Misión Internacional nosotros nos pusimos ahí porque los otros que querían la mina no nos dejaban pasar en ese momento por muy fuerte. El gobierno de Colima les decía: Pásate, no pasa nada, aviéntalos. Como venían defensores de derechos humanos es que yo no voy a tener la culpa porque tú me estás diciendo que yo pase. Derechos humanos no es así, derechos humanos es tratar de cuidar a la gente, de dialogar, de decirles aquí está una mina pero la gente no entendía. El gobierno de aquí quería presionar para que nos peleáramos entre los habitantes de Zacualpan, pero ahí estaba la Misión Internacional, que venía a ver sí era cierto que a nosotros nos estaba pasando eso. Ese día el Gobierno del Estado: Pasen, aquí no está pasando nada, pero anteriormente nos habían tratado de lo peor. Yo la verdad, no creía ahora por lo que respecta como dice el presidente Andrés Manuel López Obrador, que se me quedó muy grabado no eran “ni derechos ni eran humanos”, porque todos eran de ellos, le interesaba mucho al gobierno que nosotros fuéramos golpeados, no nomás yo muchas señoras apedreadas, maltratadas, decían los policías: “Yo tengo la orden de que si a ti te dan, yo nomás te levanto, porque yo puedo hacer nada”. Entonces les decíamos: Qué estás haciendo aquí, lárgate, los corríamos porque ya no veíamos quién nos estaba ayudando, nos teníamos que defender entre nosotros, la verdad yo tenía mucho odio en contra del gobierno de Mario Anguiano Moreno, veía un policía: ¿Cómo tú te atreviste a golpear a la gente nuestra?

“De hecho, cuando tomamos las bombas de agua de la Comisión Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado de los Municipios de Colima y Villa de Álvarez (Ciapacov) instaladas en Zacualpan, el gobierno nos decía: Ven, queremos platicar contigo. Y nosotros les decíamos: Respétanos, no queremos la mina. Por eso cerramos las bombas de agua, pero antes Colima discúlpanos pero tenemos que hacer esto por ti y por mí, porque que quieres un día sin agua o toda la contaminación del resto que queda se van a traer el resto y se van a traer el agua contaminada. Mucha gente fue con nosotros y a otra le valía, pero eso sí, unas personas cuando cerramos las bombas pensaron que éramos malas que no queríamos darles agua. La verdad queríamos cuidar el agua para que permaneciera más tiempo para todas las personas. El gobierno nos mandó más de cien policías, que ni eran policías, sacaron a todos los empleados de las oficinas se los llevaron nomás les pusieron un chaleco y se los llevó en ese momento el secretario de gobierno, Rogelio Rueda Sánchez, dijo: Ahorita vamos arreglar esto. Y la arreglada fue que nos aventó con sus trescientos policías y su tanqueta. Yo le tengo muchísimo coraje a una tanqueta que está ahí en la entrada de las instalaciones de la Feria del Estado en la Estancia. Llegó nuevecita, descarapelando de los nylon porque era nueva, para echárnosla a nosotros, y sí nos la echaron, pero nos alcanzamos a hacer a un lado, fue una guerra muy en contra del gobierno, por eso todavía tengo mucho coraje todavía a algunos exfuncionarios, no a todos. La confianza se gana, pero gracias a Dios con todos nuestros cerros verdes y agua, gracias a mi gente que alzó la voz, al gobierno no, por ellos ya estuviéramos enterrados ahí”.

El informe Tendencia en Defensoras de Tierra, Territorio y Justicia señala que la criminalización es parte de las agresiones más frecuentes contra las defensoras que ejercen el derecho a la defensa territorial frente a actividades extractivas o que están vinculadas a la defensa de los pueblos indígenas. Los procesos de criminalización de las mujeres en procesos de defensa territorial, e implican un obstáculo más para la participación de las defensoras en la vida política.

Estos procesos usualmente no prosperan, lo que da cuenta de un patrón de criminalización en donde las mujeres son criminalizadas por delitos que no se pueden confirmar, lo que podría develar un indebido uso judicial contra las mujeres.

En los procesos de criminalización es evidente la utilización del poder judicial al servicio de los intereses capitalistas, siendo estos, al igual que los cuerpos armados, quienes ejecutan los mandatos de desarticular, callar y desaparecer los movimientos, a través de criminalizar a quienes defienden derechos.

Las agresiones a las defensoras en México en 2016 fueron 75, en 2017 68, en 2018 87 y en 2019 87 durante estos cuatro años cerca de 317 el 16% teniendo el tercer lugar después de Honduras, Guatemala, seguido de El Salvador y Nicaragua.

Ante este escenario de violencia a las defensoras de derechos humanos, Esperanza Salazar Zenil coordinadora general de Bios Iguana, desde agosto de 2016 se encuentra fuera de Colima debido a las amenazas de muerte en su contra hasta la fecha.

LAS AGUAS MANSAS

—¿Ya están abiertos los manantiales para que la gente pueda ir?

—Ya. Ahora están abiertos. Tenemos un representante de Bienes Comunales, Francisco Domínguez Aranda, elegido por la comunidad que está por nuestros intereses y no por los intereses del gobierno que me vas a dar, está con el pueblo a su vez rechaza la mina, junto al presidente de la comunidad, Jesús Santos Quirino. Les tenemos confianza porque fueron elegidos por nosotros que no queríamos la mina. Ellos terminan en el 2024 su periodo, acaban de entrar por eso tenemos la confianza de que ahorita no se mueva nada de la mina, pero en cuanto empiecen nosotros también tenemos la confianza con Indira Vizcaíno Silva, gobernadora del estado, nosotros fuimos con ella un grupo de personas de Zacualpan: Le dijimos no queremos la mina, pero como decía la compañera Pita Zamora: gobiernos van, gobiernos vienen, por eso le pedimos que esas concesiones se revoquen, que ya no existan. Le estamos trabajando por ahí para que ya no existan y se revoquen, porque está el pueblo en primer lugar, luego el agua, yo digo que “el agua es vida, la mina no”.

—¿Qué piensa ahora que hay desabasto de agua en Monterrey?

—Me da mucha tristeza, porque la verdad eso íbamos a estar pasando nosotros, no nomás Zacualpan, sino también Colima y Villa de Álvarez, porque todos nos beneficiamos del agua de allá. Yo cuando veo las imágenes de la gente sin agua me da mucha tristeza, pienso en nuestra lucha que, bueno, ahora tenemos agua, pero hay que cuidarla también, De esa manera también la estamos cuidando, a ver qué piensa el gobierno a ver qué va hacer, por eso lo hicimos, para cuidarla.

—¿En relación a Querétaro ha visto las noticias?

—Sí he visto, muy triste, a mí me dan ganas de llorar porque yo no me quiero ver así, ni a mis hijos, ni mis nietos. No quisiéramos que pasara esa situación en Colima y Villa de Álvarez por eso debemos cuidarla. Por eso la defendimos de la mina en contra del gobierno. Todo estaba en contra de nosotros pocos, sin armas, sin nada, aquí es comunidad indígena, aquí no entras, eso nos salvó mucho, que nosotros seamos de una comunidad y todos tengamos en común, una gente no puede vender aquí, pero estoy en la carretera, pero estás en mi carretera y aquí no entras así le decíamos al minero, prestanombres, porque ni siquiera venían ellos. Yo me siento orgullosa que no estamos pasando lo mismo que la gente de allá, quienes no tienen agua, me da mucha tristeza.

MUJERES INSUMISAS

—¿Qué la motivó a participar para ser Consejera ciudadana de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Colima?

—Me motivó eso, que no fuimos escuchados por el gobierno ni por una ley. Pensaba que no había alguna que nos protegiera. Por eso todos estamos para la ciudadanía, que no tiene confianza en el gobierno que la tenga. El gobierno tiene que entender que las personas deben ser respetadas sobre sus derechos, no estoy hablando que me hagan una alberca en mi casa porque yo tengo mucha agua, sino porque el gobierno sepa que hay personas que han sufrido mucho. A las comunidades indígenas las quieren saquear porque son ricas en recursos naturales y es importante ser parte de este organismo para llevar nuestra defensa del agua como un derecho humano.

—¿Cómo fue su experiencia en el Congreso de la Unión cuando acudió a dar su testimonio de lucha?

—La invitación fue de la diputada federal por el Distrito II Carmen Zúñiga. Tenía un evento sobre el medio ambiente y nos llevó. En esos momentos, al estar hablando nuestra experiencia, te llega la nostalgia de platicar tu lucha. Sí fuimos escuchados por primera vez, nunca había ido a la Cámara de Diputados, fue un gusto porque a nadie le interesaba nuestra defensa del agua, y al acudir me desahogué, me sentí muy contenta porque entre tantas compañeras se dio a conocer nuestra lucha en la Ciudad de México, cuando aquí en Colima a nadie le interesaba. Les compartimos por qué luchamos. Mi compañera y yo nos emocionamos por compartirles nuestra experiencia, me sentí muy bien.

—¿En algún momento de su vida se ha sentido discriminada por ser parte de una comunidad indígena?

—Anteriormente sí. Entrabamos a las oficinas de una delegación federal nos veían de pies a cabeza. Ahora siento la diferencia, sí fuimos discriminadas por ser quienes éramos por alzar la voz, y no nos atendían, pero ahora con el gobierno que está hasta en el Congreso del Estado somos bienvenidas. Escucho palabras ellas lucharon por el agua en Colima y me siento muy feliz de que se nos reconozca la lucha de mi gente y la mía.

“En el 2014, por primera vez en la historia de la comunidad dos mujeres pudimos ser parte de la mesa directiva de los Bienes comunales, la compañera Epitacia Zamora pudo contender como secretaria y yo como tesorera. Es una parte de mi vida que me siento orgullosa, porque fue una decisión personal, no tuve que solicitar el apoyo de un hombre para hacerlo. Mi pareja en ese momento no estaba de acuerdo, pero yo en ese momento estaba más despierta, mis derechos son éstos, así que yo le decía ahorita vengo porque yo voy a luchar por mi comunidad, como mujer tengo que hacer esto y ahora lo hago.

“Con el paso de los años mi marido ya cambió, se dio cuenta que ya yo no voy a permitir que me falten al respeto, ni él ni nadie. Porque anteriormente él sí me golpeaba, hace años, pero ahora sabe que tengo que estar ahí, ve mi diferencia de mi reacción y él ha cambiado, ahora me dice: ¿Vas a salir a alguna parte? o ¿vas a ir a otra parte? Anteriormente se quedaba enojado. 

“Ahora mi hijo, que era adolescente al inicio de mi lucha, ya está grande. Ya entiende por qué estoy haciendo las cosas. Ahora ya tiene 20 años, está estudiando administración pública en la Facultad de Ciencias Políticas en la Universidad de Colima, se ve la diferencia a los primeros años por eso me siento orgullosa. Mi esposo cambió, mi hijo está estudiando, el mayor de mis hijos está trabajando para poder titularse ya que es una inversión que tiene que sacar adelante. Me siento muy orgullosa de haber detenido a la mina entre todas mis compañeras y compañeros de lucha por un Zacualpan libre de minerías. La lucha fue de las mujeres que salíamos en el colectivo con nuestros hijos, las que podíamos llevar y las que no los dejan en sus casas para seguir luchando porque “el agua vale más que el oro”.

—¿Cómo se visualiza en algunos años?

—Hoy a mis 52 años recién cumplidos me haces recordar mi visita al Congreso de la Unión: yo me dije a mi misma: Algún día voy a estar aquí para hacer el bien para mi comunidad, aunque mis ojos se llenen de lágrimas no son de tristeza sino de alegría.

LA CEREZA DEL PASTEL

El 3 de mayo de 2022, después de nueve años de lucha tras considerar que la comunidad indígena de Zacualpan debió ser consultada conforme a sus usos y costumbres, Jorge Damián González Villaseñor, juez federal del Juzgado Segundo de Distrito con sede en la entidad, dejó sin efecto las concesiones mineras y estableció una serie de medidas para proceder frente a las solicitudes para la exploración y explotación minera en territorios indígenas.

Fueron revocadas las concesiones mineras para la extracción de oro en las tierras comunales de Zacualpan con número 227572 y 201872, correspondientes a los lotes Tigrilla y Heliotropo, con superficie de 90,448 hectáreas y 100 hectáreas, a nombre de Mario Carlos Moncada Cantú y Adolfo Pineda Martínez respectivamente. La primera concesión había sido otorgada en 2006 y la segunda en 1995, ambas tenían una vigencia de 50 años.

En la sentencia dictada en el juicio de amparo 458/2015 el juez ordenó a las autoridades federales en la materia dejar sin efecto los referidos títulos de concesión minera, por no cumplir con el requisito de considerar los usos y costumbres de dicha comunidad ignorando en especial su situación de vulnerabilidad de ser parte del grupo indígena náhuatl.

GOTA A GOTA 

Una de las obras anunciadas por Ciapacov afínales de julio es creación de una olla de captación de agua financiada por Conagua, el sector privado y este organismo estatal para beneficiar a 1500 personas de la comunidad de Zacualpan con una capacidad de 1,500 m³: 5 metros de fondo por 25 de ancho y 30 metros de largo, informó Vladimir Parra, director de la institución. Es una retribución justa y digna que tendrá beneficios reales y suficientes a la comunidad que siempre ha defendido su territorio de la expropiación minera en el estado.

Está comunidad indígena tiene una larga historia de defensa de su gente. Entre 1909 y 1917 Vicente Alonso Teodoro “El Indio Alonso” fue perseguido y acusado por defender a los suyos y a su medio ambiente de “Lumber Company”, empresa maderera con campos de acción en las comunidades de Rancho de Villa en el municipio de Colima, Cuauhtémoc, la sierra de Zacualpan y sus alrededores en el municipio de Comala. Deseaban hacerse de los campos de la comunidad comalteca para la explotación de sus recursos naturales a costa del bienestar y la calidad de vida de sus pobladores.

Zacualpan es la fuente principal de abastecimiento de agua de Colima y Villa de Álvarez ya que proporciona anualmente 32.6 millones de metros cúbicos de agua para más de 153 mil usuarios activos de Ciapacov, siendo el 90% de las aguas superficiales de las que se toma agua y el 85 % de toda el agua que se utiliza para el abastecimiento de la zona conurbada.