Lupita, una vida de lucha contra la obesidad

Foto: Oficina para la Salud de la Mujer

 

Escrito por: Édgar Josué Carrillo Mejía

Estudiante de la Escuela de Trabajo Social “Vasco de Quiroga”

 

COLIMA, Col.- Lupita es una mujer adulta que desde la niñez ha sido perseguida por la obesidad, una enfermedad que a lo largo de los años en nuestro país y en Colima cada vez se posiciona con pasos más fuertes.

En el transcurso de su vida, en el municipio de Cuauhtémoc, Lupita ha realizado tres procesos en busca de mejorar su estilo de vida, el primero de ellos en su adolescencia. “En sí, el problema de obesidad lo he tenido desde la primaria, ya ves: los chiquillos que te decían ‘Elefante’ o ‘Gorda’, se reían de ti si corrías y no aguantabas; la burla es lo que más te trauma, el daño de las otras personas hacia ti, que a lo mejor en su momento son niños y no se dan cuenta, pero a nosotros si nos afecta muchísimo”.

Actualmente, a sus 30 años de edad, reflexiona: “Cuando eres adulto te das cuenta de que los niños y niñas pueden hablar sin pensar y tal vez uno busca justificarlos. En la primaria sí me dolía, pero cuando lo sentí más duro fue en la secundaria; entonces fue cuando hice el primer intento por bajar de peso”.

En general, los jóvenes comienzan a realizar algún tipo de ejercicio para tratar de mejorar su apariencia física, se cansan de las críticas o de los malos tratos, entonces regularmente comienzan a realizar cambios en su vida, pero de forma general, sin ningún tipo de proceso profesional. “Falle en mi primer intento porque no tenía las herramientas, sólo hacia ejercicio, pero en cuestión de la alimentación no me cuidaba tanto, sí logre bajar, pero después otra vez dejé de hacer ejercicio, me descuidé y fui para arriba”.

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La obesidad y el sobrepeso se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Una forma simple de medir la obesidad es el índice de masa corporal (IMC), esto es el peso de una persona en kilogramos dividido por el cuadrado de la talla en metros. Una persona con un IMC igual o superior a 30 es considerada obesa y con un IMC igual o superior a 25 es considerada con sobrepeso. El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para numerosas enfermedades crónicas, entre las que se incluyen la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. 

Definición de Sobrepeso y Obesidad, Organización Mundial de la Salud.

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Lupita considera que inicialmente se fue por la vía fácil como el ejercicio, descuidando por completo la alimentación, y con esto ocurrió su primer intento fallido de bajar de peso. 

Su segundo proceso lo inició unos años después, cuando volvió a darse cuenta de que tenía un problema. Aunque acepta que su aspecto físico no era de su agrado, recalca que su principal preocupación era la salud, así que esta vez, además de retomar el ejercicio, acudió con una nutrióloga, con la intención de llevar el proceso de la manera más adecuada.

“En el segundo proceso fui muy drástica, porque hacía hasta seis horas diarias de ejercicio, a veces no comía y tomaba pastillas para bajar de peso. En la salud física no me afectó, pero en la salud mental si porque caí en trastorno de alimentación”.

Sin darse cuenta, Lupita llegó a tener bulimia- “La nutrióloga me daba medicamento, pero yo no hacia la dieta; llegaba el día de la cita y yo le decía a ella qué medicamento quería porque según a mí me funcionaba y me lo daba, pero llegó un momento que me dijo que no, que ya estaba mal”.

Los medicamentos mal recetados o mal utilizados pueden causar los llamados rebotes, que provocan un desajuste metabólico en el cuerpo. “Dejaba de comer y tomaba sólo agua, hubo ocasiones en que me desmayaba porque no consumía alimento y con tanto ejercicio sí llegué a ese extremo; después de eso comencé a darme atracones, no comía nada y de repente empecé a comer un chingo, o por ejemplo me comía una bolsa de papitas y me iba a correr o hacia una hora de zumba y sentía que con eso ya estaba bien”.

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El trastorno alimenticio se da cuando ya existe una afectación a nivel neurológico, donde además de un problema de salud, existe un problema emocional muy fuerte, como la bulimia, anorexia y, entre ellas, la obesidad. La mayor parte de las personas que padecen un trastorno alimenticio presentan baja autoestima, elevada ansiedad, desvalorización hacia su persona y su cuerpo, pues tienen problemas muy profundos a nivel emocional.

La obesidad comienza presentándose como enfermedad mental y posteriormente evoluciona a la física. Podría ser reversible siempre y cuando el paciente no sólo lleve un seguimiento nutricional, sino también psicológico o psiquiátrico de ser necesario, porque si la raíz de problema no es atendida, existe la gran posibilidad de que recaiga. Para tratarla, el paciente primero se tiene que concientizar de que tiene un problema, aceptarlo y darse cuenta de ello, después se tiene que profundizar desde el comienzo del problema, siempre motivar al paciente porque en el recaerá la mayor parte del trabajo.

Yennifer Peña, Licenciada en Psicología, egresada de la Universidad de Colima, entrevistada el 10 de diciembre de 2020.

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Lupita no logró llevar el segundo proceso de manera adecuada, pensó que lo más difícil de todo sería el ejercicio, pero en realidad el aspecto alimenticio es la etapa más complicada de llevar en los cambios de estilos de vida saludable. Además, comenzaba a presentar patrones de problemas psicológicos, por lo que el segundo proceso fallido la llevó a tener un peso más alto del que tenía al inicio.

Los medicamentos se convirtieron en su peor enemigo. “Tuve que ir a terapia por el trastorno que ya traía con las pastillas; me decía la nutrióloga que si me las cambiaba por dulces no me iba a dar cuenta, mi lógica era que si me las tomaba iba a bajar de peso, además yo ya no me podía ver en el espejo, pues al hacerlo me sentía como al principio”.

Entonces Lupita tuvo una revelación que la sorprendería: “Un día en una fiesta nos tomaron una foto, me la mostraron y hasta me sorprendió porque pensé que yo no estaba así”.

Su visión hacia ella misma cambió por completo. “En ese momento me di cuenta que ya estaba mal con el ejercicio en exceso o que ya vomitaba”.

Las críticas hacia su persona no dejaban de llegar. “Nunca me trataron mal, pero siempre me veían raro; por ejemplo, cuando iba al gimnasio todos se me quedaban viendo como diciendo, esta que hace aquí”.

Pasó el tiempo y Lupita conoció a un hombre. Quedó embarazada y se fue a vivir junto al papa de su futuro bebé. En este momento comenzó la etapa más complicada de su vida, donde su principal problema fue la ansiedad de comer, la cual fue detonada por el maltrato psicológico que sufría por su pareja.

“Hay muchas cosas que pueden influir, como el maltrato que sufrí con el papá de mi hijo, sufrí muchísimo maltrato psicológico y eso me provocaba ansiedad. De hecho, aún sufro de ansiedad y subí de peso sin darme cuenta, de repente en un mes me elevaba hasta diez kilos y es mucho”.

Para ese entonces Lupita ya presentaba un peso de más de 150 kilos, el cual le dificultaba llevar una vida cotidiana al tener limitaciones para realizar muchas cosas.

“No sé muy bien, pero pude darme cuenta simplemente al caminar, que te agitas, de una esquina a otra y ya estas agitado”. En tono sarcástico y con una sonrisa sutil cuenta sus dificultades cuando su hijo empezaba a gatear: “Me tenía que sentar en el suelo con él, pero cuando me iba a parar, duraba un chingo para poderme parar”.

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La obesidad está presente en una persona que tiene un exceso o índice alto de grasa en el cuerpo más allá del saludable. Obesidad y sobrepeso no son lo mismo, obesidad es un término propio de la grasa y el sobrepeso puede ir en función al musculo.

Cuando la obesidad está acompañada de 3 o más dislipidemias como la hipertensión, resistencia a la insulina, etcétera, estaríamos hablando que tiene un problema de trastorno metabólico, esto se refiere a que existe una afección en la señalización del cuerpo como tal, lo cual puede atraer consigo problemas como el cáncer, diabetes, infartos, entonces técnicamente la obesidad al controlar el cuerpo de forma endocrina (por hormonas) puede afectar órganos como el hígado, el riñón, entre otros.

La forma más sencilla en que la obesidad puede influir es la independencia en la vida cotidiana, una persona obesa no tiene independencia física, no puede caminar mucho tiempo, no puede estar parada mucho tiempo, no puede hacer ejercicio por gusto, incluso algo más banal: no cabe en los asientos de los camiones, por puertas pequeñas, entonces regresamos a lo básico, no puede desarrollarse como una persona “normal”, si nos metemos en cuestionas más clínicas no acabaríamos, podemos generar la tiroides, del sistema nervioso central y del propio metabolismo.

La grasa normalmente tiene señalización mala, el musculo señalización buena dentro del cuerpo, es como una especie de guerra, si existe más grasa, es lógico que ganarán los malos, por eso es importante el parámetro de porcentaje de grasa con el porcentaje de musculo.

Juan Carlos Iglesias, licenciado en Educación Física y Deporte y maestro en Ciencias Fisiológicas, egresado de la Universidad de Colima, entrevistado el 09 de diciembre de 2020.

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Lupita se convirtió en madre, que de por sí ya es un trabajo complicado y exigente. Además de atender su casa, aguantar maltrato, comenzó a refugiarse en la comida, sin darse cuenta del daño que estaba ocasionando a su persona. “Hace cinco años aterricé que estaba mal, que tenía que mejorar mis hábitos o no iba a durar: me iba enfermar de algo que vengo arrastrando de la familia como la diabetes que lo tengo por los dos lados de la familia”.

Lupita comenzó a tener razones para salir adelante y combatir esta enfermedad, que esta ocasión tomaría el camino largo, pero el más seguro y el que le funcionaría. “Yo no tuve una motivación como tal, sino que me alarmó la muerte de un tío que tuvo diabetes y sufrió muchísimo, él era muy querido y verlo sufrir así me hizo pensar que si llegaba a tener diabetes qué iba a pasar con mi hijo. Repito: yo nunca me motivé por estética, sino por la salud”. El pensar dejar solo a su pequeño hijo la hizo sacar fuerzas.

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La evaluación del estado nutricio de la población mayor de 20 años se realizó en 1,121 individuos que representaron a 406,283 adultos del estado. El tamaño de la muestra fue de 890 participantes en zonas urbanas, que representaron a 367,012 individuos, y de 231 participantes en zonas rurales, que representaron a 39,272 individuos.

La prevalencia de las categorías de índice de masa corporal (IMC) de acuerdo con los puntos de corte de la OMS, estratificado por sexo o por localidad. En este cuadro puede observarse que la prevalencia de sobrepeso y obesidad (IMC ≥25 kg/m2) en mujeres fue de 72.2% y en hombres, de 67.5%. La prevalencia de obesidad (IMC ≥30 kg/m2) fue 40.0% más alta en mujeres (42.7%) que en hombres (30.5%), diferencia estadísticamente significativa, mientras que la prevalencia de sobrepeso fue mayor en hombres (37.0%) que en mujeres (29.4%).

No se hicieron comparaciones por tipo de localidad, categorizando por sexo y categoría de IMC, debido a que no hubo poder estadístico para hacer esta estratificación y establecer si las diferencias fueron significativas. En los últimos seis años se observa un incremento de 20.6% en la prevalencia de obesidad en el caso de los hombres (p0.05) en el periodo comprendido entre los años 2006 y 2012 en la prevalencia de sobrepeso en las mujeres. En esta comparación entre las encuestas de 2006 y 2012, la prevalencia de sobrepeso y obesidad en conjunto (IMC ≥25 kg/m2) incrementó 2.8 puntos porcentuales en hombres y 4.9 puntos porcentuales en mujeres.

Instituto Nacional de Salud Pública (2012) Encuesta Nacional de Salud y Nutrición. Los resultados 2012 son los más actuales respecto a la obesidad en Colima debido a que la ENSANUT 2018 no ha presentado los resultados por entidad federativa de ese año.

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Lupita recuerda muy claro todo el tipo de maltrato o discriminación que sufrió hacia su persona. Se acuerda de que llegaba a la casa y su marido le decía burlándose:

-Para que vas al ejercicio.

-Porque me gusta.

-Ni te sirve de nada, vas a estar igual.

Lupita tomaba esas burlas de su pareja como fortaleza. “Yo decía, sólo para callarle la boca lo voy hacer”. En el rostro de Lupita se notaba la satisfacción de lo que había logrado. Estaba logrando grandes avances y sintió la necesidad de ayudar a más personas como ella e intentó estudiar Nutrición. “Quise estudiar, pero todavía estaba gordita, así que los compañeros me molestaban mucho y fue una de las causas por la que me salí de la escuela”.

Actualmente Lupita ha bajado más de 60 kilos de peso, entre dietas, ayuda psicológica y ejercicio. Dice que siempre será más barato invertir en la prevención de las enfermedades. “Yo cuido a mis dos papás, mi mamá tiene un problema en el ojo por lo de su diabetes y la verdad sí sale bien caro todo”. 

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Actualmente la Secretaria de Salud ofrece de manera gratuita servicios, programas y acciones para la prevención de estas enfermedades. Existen programas que se enfocan en el control de obesidad en adultos únicamente, en el Departamento de Enfermedades Crónicas y Envejecimiento (DECE) y el Programa de Atención a la Salud de la Infancia y la Adolescencia (PASIA). Pero en el año 2020 se lanzó la estrategia para la Prevención de la Obesidad Infantil a través de la Subdirección de Atención Médica.

Los niños son los más afectados por esta enfermedad ya que son los más vulnerables y no conocen sus consecuencias. Las personas que están inscritas en uno de los programas, acuden a grupos de ayuda mutua donde aprovechan los servicios para el tratamiento de diversas enfermedades. Cabe señalar que si no acuden a este grupo, por el simple hecho de tener obesidad de igual manera se les atiende. Se les ofrece de manera gratuita la consulta de nutrición, detecciones de glucosa, presión arterial y seguimiento mensual.

Las personas no están obligadas acudir a los programas y los que menos apego tienen al tratamiento son los niños del programa de PASIA. Además, los programas necesitan una reestructuración, otro enfoque de tratamiento para que el paciente tenga mayor apego al mismo, afecta mucho la falta de medicamento, ya que esto genera que el enfermo se aleje de la unidad de salud. La reestructuración debe ser a nivel federal, porque existen muy pocos contratos para personas especializadas en el área.

Dariana Valeria Lizama González, licenciada en Nutrición, entrevistada en la Jurisdicción Sanitaria 1 del Estado de Colima, que en su momento estuvo en el área de Coordinación del Departamento de Enfermedades Crónicas y Envejecimiento.

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Lupita, quien actualmente ya no vive con su esposo, es una mujer que se ha convertido en motivación para muchas mujeres en el municipio de Cuauhtémoc, además de que las mismas personas con sus palabras de aliento hacen que ella no deje ese buen camino. “A mí me motiva mucho que me digan: yo inicié por ti, tú eres mi ejemplo”. Ese mismo estilo de vida lo está tratando de inculcar a su niño. “No le gusta el ejercicio, pero le gusta mucho bailar y yo con que se mueva estoy feliz”.

En estos momentos quiere pasar a la siguiente fase, que es la operación para eliminar el exceso de piel de su cuerpo, pues quiere verlo de bonita forma. Para Lupita su hijo es prioridad y él también necesita una operación en su oído, entonces eso la detiene. “Mis hermanos que están en el Norte me ayudan, pero dicen que me espere poquito, que porque el trabajo está muy bajo”.

Lupita es un ejemplo de que si quieres conseguir un cambio lo puedes lograr. “Yo siempre les digo que sí se puede, aunque no esté fácil”. Todavía está en su proceso de mejorar al presentar en ocasiones problemas con su ansiedad, debido al desequilibrio con sus emociones. “A veces así me siento y no quiero salir pensando en que me verán como al principio, me gana la depresión”.

No cabe duda que lo más difícil de su proceso ya pasó, aunque aún siguen rondándole ciertos fantasmas, pero ella es firme con sus pasos y ya no dará ninguno para atrás. Con una sonrisa en su rostro termina diciendo: “Les callé la boca”.