En la frontera sur se vive una de las crisis humanitarias más graves a nivel mundial

 

 

Por Yessica Morales

El tema migratorio y de protección internacional son dos de los principales temas de la agenda global de derechos humanos, en los últimos años ha cobrado mayor fuerza en los países de la América Latina y El Caribe, en donde México no ha sido la excepción.

La Federación Mexicana de Organismos Públicos de Derechos Humanos (FMOPDHexternó su preocupación ante los recientes acontecimientos en torno a las personas en contextos de movilidad que se encuentran en la frontera sur, así como el uso excesivo de la fuerza por parte de la Guardia Nacional (GN) y el Instituto Nacional de Migración (INM).

A ello, se suman las agresiones hacia defensores y periodistas que monitorean y acompañan a las caravanas, como a la demora en los procedimientos de solicitud de asilo y regularización migratoria, esto orilla a las personas a vivir en condiciones precarias, lo que provoca la exclusión económica y social.

Cabe mencionar que, el Colectivo de Observación y Monitoreo de Derechos Humanos en el Sureste Mexicano, denunció el pasado 02 de septiembre, el uso excesivo de la fuerza pública por parte de miembros de la GN y agentes del INM para desmantelar la tercera caravana de migrantes que se había formado en menos de una semana.

En este incidente violento fueron agredidos y les impidieron realizar su labor, los activistas de organizaciones civiles que conforman este Colectivo y los periodistas que pretendían documentar el operativo policiaco en contra de personas migrantes y solicitantes de refugio.

 

 

El Colectivo dijo que, los participantes de la tercera caravana de migrantes en menos de una semana fueron interceptadas y agredidos en un acto de desproporcionada violencia y represión en San Felipe, Escuintla, Carretera Costera Tapachula – Tuxtla Gutiérrez.

Explicó que, en el operativo sorpresivo por parte de la GN y el INM, sin formación o cerco previo, las personas que caminaban se vieron obligadas a dispersarse a los alrededores para evitar la detención, como en cada operativo las primeras personas detenidas son las de perfil más vulnerable: mujeres, niñas y niños, quebrantando la seguridad y unidad de las familias.

Además, las personas fueron perseguidas por parte de la GN y el INM incluso dentro de la ciudad de Escuintla y caminos aledaños.

Los Organismos Públicos de Derechos Humanos* que integran la FMOPDH, instaron al gobierno federal y locales, así como a otras autoridades relacionadas en el tema, a considerar que se vive una de las crisis humanitarias más graves a nivel mundial, y se ha agudizado por la pandemia.

Indicaron que, la agenda de migración y protección internacional requiere que los Estados prioricen en sus políticas los principios de solidaridad y cooperación internacional para humanizar la gobernanza de la movilidad internacional.

Asimismo, a que retomen los principios de la Resolución 4/19 aprobada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH): Principios Interamericanos sobre los Derechos Humanos de Todas las Personas Migrantes, Refugiadas, Apátridas y las Víctimas de la Trata de Personas, de manera particular destaca que los movimientos migratorios requieren formas de protección diferenciada e individualizada.

 

 

Segundo operativo del INM y Guardia Nacional
Foto: Darinel Zacarías

 

Los integrantes de la FMOPDH pidieron que las autoridades consideren aquellas experiencias locales identificadas como buenas prácticas como ejemplos para la atención, así como una línea base para responder a la construcción de propuestas integrales con enfoque de derechos y de forma intersectorial e intersecretarial.

Al mismo tiempo, que se establezcan mecanismos de coordinación entre la Federación, los estados y los municipios para garantizar condiciones dignas en los albergues y lugares habilitados para la estancia de personas en contextos de movilidad, y así atender las diversas condiciones que agravan su situación de vulnerabilidad.

Demandaron que se garantice el acceso a oportunidades laborales, a la salud y educación de quienes se vean en la necesidad de tener una estancia prolongada el país, y generar mesas de trabajo para la construcción interdisciplinaria de políticas públicas que den atención de fondo a la crisis migratoria que se vive en la actualidad.

La Federación reiteró su compromiso con la protección y garantía de los derechos humanos de las personas migrantes y sujetas de protección internacional, así como para el trabajo conjunto y contribuir al análisis y construcción de políticas públicas integrales dirigidas a garantizar los derechos de estos grupos y promover su inclusión e integración en México y la región.

Dieron a conocer que, tan solo la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) estimó que, al término del año esperan recibir 100 mil solicitudes de asilo, lo que significa una cifra histórica.

Por su parte, la Unidad de Política Migratoria, registró hasta julio de 2021, un total de 117 mil 052 eventos de detención migratoria, lo que representa un 42% más que el total de detenciones realizadas durante 2020.

Señalaron que, Estados Unidos continua con su política de expulsión de personas migrantes no solo mexicanas sino de otras nacionalidades al territorio, bajo el argumento de mantener las medidas sanitarias ante la pandemia.

Por lo que, sumaron la posibilidad de reactivar el programa “Quédate en México”, este obliga a miles de solicitantes de asilo a esperar la resolución de sus casos en la frontera norte mexicana.

«Este contexto es tan solo una muestra de las situaciones que abonan a la crisis que se está viviendo en el país y que ha obligado a cientos de personas, como hemos visto en los últimos días a movilizarse hacia otras ciudades del país, para buscar soluciones a su situación jurídica, económica y social, en la que se ha observado una vulneración de sus derechos», concluyó la FMOPDH.

Es de importancia mencionar que, a través de una carta pública, organizaciones de la Sociedad Civil exhortaron al gobierno de México rechazar el restablecimiento del Programa “Quédate en México” o MPP (Migration Protection Protocols).

Indicaron que, durante dos años ha causado daños extremos a más de 72 mil personas solicitantes de protección internacional quienes fueron regresadas a México para esperar su audiencia ante las autoridades migratorias de Estados Unidos.

 

 

Migrantes se enfrentan ante un sistema migratorio colapsado. Foto: Ángeles Mariscal

 

Las organizaciones explicaron que la Corte Suprema de Estados Unidos está revisando la orden del Tribunal de Primera Instancia mediante la que se solicita a la administración de Joe Biden, reinstalar de manera inmediata e indefinida el Protocolo de Protección a Migrantes que promovió el expresidente Donald Trump, una acción que dependería de la cooperación de México.

La administración Biden indicó, que el apoyo de México había sido esencial para el funcionamiento del Programa “Quédate en México” y que sería imposible reinstalar, de forma unilateral esta política sin la colaboración activa del país.

Por ello, las organizaciones enfatizaron que, México como nación soberana, tiene el derecho a rechazar el restablecimiento de dicha política y la responsabilidad de bloquearla, debido a que es imposible volver a implementar el programa de una manera que se respeten los derechos humanos y el debido proceso.

*Integrantes de la FMOPDH:

  • Comisión Nacional de los Derechos Humanos
  • Comisión Estatal de Derechos Humanos de Aguascalientes
  • Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Baja California
  • Comisión Estatal de Derechos Humanos de Baja California Sur
  • Comisión de Derechos Humanos del Estado de Campeche
  • Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Chiapas
  • Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Chihuahua
  • Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México
  • Comisión de Derechos Humanos del Estado de Coahuila
  • Comisión de Derechos Humanos del Estado de Colima
  • Comisión Estatal de Derechos Humanos de Durango
  • Comisión de Derechos Humanos del Estado de México
  • Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero
  • Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo
  • Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco
  • Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Michoacán
  • Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos
  • Comisión de Defensa de los Derechos Humanos para el Estado de Nayarit
  • Comisión Estatal de Derechos Humanos de Nuevo León
  • Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca
  • Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla
  • Defensoría de los Derechos Humanos de Querétaro
  • Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Quintana Roo
  • Comisión Estatal de Derechos Humanos de San Luis Potosí
  • Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Sinaloa
  • Comisión Estatal de Derechos Humanos de Sonora
  • Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Tabasco
  • Comisión de Derechos Humanos del Estado de Tamaulipas
  • Comisión Estatal de Derechos Humanos de Tlaxcala
  • Comisión Estatal de Derechos Humanos de Veracruz
  • Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán
  • Comisión de Derechos Humanos del Estado de Zacateca

Publicado originalmente en Chiapas Paralelo

 

 

 

Somos un espacio de comunicación global sin fines de lucro, basado en la unión de muchas y diferentes voluntades. Un espacio que se une a un esfuerzo de medios autónomos que, afortunadamente, ya existe y sigue creciendo.

 

 

 

 

 

 

Volverte a ver: Desenterrando la verdad, desarmando mentiras

 

Por Alexandre Beaudoin Duquette*

En el estado de Morelos, particularmente en Tetelcingo y en Jojutla, existen fosas en las que las autoridades estatales colocaron ilegalmente decenas de cuerpos de personas desaparecidas. Volverte a ver, un documental de Carolina Corral Paredes, cuenta cómo familiares de personas desaparecidas, en su mayoría mujeres, se capacitaron para buscar e identificar los cuerpos que se encontraron en estas fosas y conocer la verdad que se esconde detrás de esas desapariciones.

La verdad que buscan las protagonistas de este documental no es subjetiva, sino empírica, concreta y corporal: ¿Qué ha pasado? ¿De quiénes son los cuerpos que se encuentran en las fosas? ¿Quiénes los han puesto ahí? ¿Por qué?

Una de las protagonistas plantea claramente este problema al afirmar:

“¿Por qué tuvieron que esconder una playera? Una posibilidad es la flojera para no acusarlos de su mal trabajo o su mala labor, pero pensando más mal, para que no nos demos cuenta de un lazo de la Fiscalía con el crimen organizado; para que no nos demos cuenta que recibieron algo a cambio”.

Las mentiras de las autoridades también se desvelan a cuentagotas. El número de cuerpos en la fosa aumenta una y otra vez. Se constata que han sido enterrados sin respetar el protocolo ni tomar en cuenta a las y los familiares de las personas desaparecidas. Las autoridades cargan una mentira asesina que ocultan de manera burda porque confían en que prevalecerá la impunidad.

Walter Lippmann, uno de los arquitectos del aparato de comunicación masiva moderno, afirmaba en 1922 que la censura es esencial en la propaganda. Definía ésta como “alguna barrera entre el público y los sucesos”, es decir, separar el público de la realidad con el objetivo de construir un entorno ficticio, una pseudorealidad[1].

En este sentido, la intervención de esas mujeres desarma la censura que necesitan los políticos para construir este entorno ficticio en el cual “no pasaría absolutamente nada”, como bien lo dice una de las protagonistas. Así, mediante su trabajo en la fosa estatal, las familiares de personas desaparecidas ponen en evidencia los mecanismos de esta escenografía y exponen la relación disonante entre la verdad corporal y las mentiras del teatro oficial. 

Volverte a ver contribuye a la lucha por la verdad, al mostrar, por ejemplo, las retroexcavadoras, la manipulación de las pruebas y lo que en francés se alude con la expresión la lengua de madera de los políticos y que en español tiene su equivalente más cercano en la palabra “cantinfleo”. Como sabemos, una de las características de Cantinflas —el famoso personaje cómico mexicano— era su capacidad de desarmar a su interlocutor confundiéndolo por medio de un discurso en el que se emplean palabras adecuadas al contexto, pero desprovistas de toda substancia.

La lengua de madera tampoco tiene substancia. Sin embargo, a diferencia del cantinfleo —que es flexible y versátil— es una forma de comunicación tosca, rígida y burda que se usa para desarmar al interlocutor, adormeciéndolo. Es un lenguaje que varias y varios políticos emplean de manera frecuente. Un ejemplo elocuente de la lengua de madera se encuentra cuando, Hortencia Figueroa, la ex presidenta municipal de Jojutla, discute con dos familiares de personas desaparecidas.

Esta situación constituye un fuerte desencuentro entre la realidad y la pseudorealidad. Por un lado, estas mujeres expresan la verdad que atraviesa sus sentidos cuando trabajan en esta fosa. Son cuerpos humanos los que se encuentran ahí. Poseen un olor tan fuerte que ya es mucho más que un olor. Es un sabor que se queda pegado al paladar. A lo que Hortencia Figueroa responde: 

“Evidentemente, entiendo esta indignación y que por supuesto como familiares, hay este reclamo y la necesidad de que se haga justicia, pero, sobre todo, pues, esta necesidad de localizar a sus familiares y eso es algo que, bueno, tan lo reconocemos que aquí estamos.

Hemos conformado en el Congreso del Estado la Comisión de Víctimas para darle un seguimiento puntual, no sólo en este tema, a otros temas, porque sabemos que hay que trabajar de manera institucional y sumando esfuerzos…”

Las familiares de estas personas desaparecidas muestran los límites del poder de la lengua de madera y de la ficción. Ante las y los familiares de personas desaparecidas, los discursos y las ficciones ya no sirven para que alguien se salve de su responsabilidad por su participación en el ocultamiento de cuerpos humanos depositados en fosas comunes. La pérdida de un ser querido, cuyo calor y abrazo ya no podemos sentir, es una vacuna contra el discurso vacío de esas y esos funcionarios. Este discurso ya no confunde, ofende.

Aunque la realidad mexicana descrita en Volverte a ver, y la canadiense, parezcan lejanas, ambas enfrentan el problema de la impunidad, así como la falta de acción por parte del Estado, que se esconden frecuentemente detrás del uso de la lengua de madera. En Canadá, entre  2015 y 2019[2][3], han desaparecido 192 mujeres y niñas indígenas. Además, recientemente, los restos de 215 niñas y niños indígenas fueron encontrados en el sitio de una escuela residencial en Kamloops, en la provincia de Columbia Británica y, desde entonces, centenares de tumbas anónimas han sido encontradas.  En este sentido, algunos de los datos registrados en el Informe final de la Comisión de verdad y reconciliación de Canadá, que aborda la cuestión de estas escuelas, recuerdan aspectos que se abordan en el documental:

  • La Comisión de verdad y reconciliación habría contabilizado 3201 fallecimientos en el registro de los decesos confirmados de alumnas y alumnos de esas escuelas residenciales entre 1867 y 2000.
  • Para 32% de estas muertes, el gobierno y las escuelas residenciales no habrían indicado el nombre del alumno o de la alumna.
  • Para 23%, no se habría indicado el sexo.
  • Para 49%, no se habría indicado la causa de la muerte.
  • “Durante la mayor parte de la historia de estas escuelas residenciales, no era una práctica habitual entregar el cuerpo de las alumnas o los alumnos fallecidos a sus comunidades de origen”[4].
  • “La mayoría del tiempo, los cementerios a los que se refiere la comisión están abandonados y se encuentran bajo el riesgo de ser profanados accidentalmente”[5].

Las protagonistas de Volverte a ver nos enseñan que en estas circunstancias, la lengua de madera no sirve. Como lo declara una de ellas: “No nos podemos sentar con gente que no sea responsable; que no asuma su responsabilidad”. Las mentiras se desarman conforme se desentierra la verdad.

* * *

[1] Lippmann, Walter. 2003. La opinión pública. Madrid. Cuadernos de Langre, p. 52.

[2] Radio-Canada. “Plus de 130 femmes et filles autochtones ont été assassinées depuis le début de l’enquête nationale”. 5 de junio de 2019. https://ici.radio-canada.ca/nouvelle/1173847/enquete-nationale-femmes-filles-autochtones-disparues-assassinees-chercheurs-statistiques-canada

[3] Para saber más sobre este tema, recomiendo el excelente texto de Dolores Figueroa Romero publicado en ConCiencia, “Genocidio en Canadá: Desaparición y asesinato de mujeres indígenas”. A dónde van los desaparecidos. https://adondevanlosdesaparecidos.org/2020/06/18/genocidio-en-canada-desaparicion-y-asesinato-de-mujeres-indigenas/ 

[4] Traducción libre del francés.

[5] Commission de vérité et réconciliation du Canada. 2015. Pensionnats du Canada : rapport final de la Commission de vérité et réconciliation du Canada.Volume 4 : Pensionnats du Canada : Enfants disparus et lieux de sépulture non marqués. Montreal, Kingston, London, Chicago : McGill-Queen’s University Press, p. 3.

***

*Alexandre Beaudoin Duquette es columnista invitado del Grupo de Investigaciones en Antropología Social y Forense (GIASF).

Es doctorante en sociología en la Universidad de Quebec en Montreal y miembro del Grupo de investigación sobre los imaginarios políticos en América Latina (GRIPAL). En el marco de su proyecto de tesis, investiga la relación entre la violencia y la propaganda en América Latina en la época actual. Entre 2016 y 2018, fue investigador posdoctoral en el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM. Asimismo, es doctor y maestro en estudios latinoamericanos por parte de la UNAM y licenciado en estudios hispánicos por parte de la Universidad de Montreal. Junto con Cristina Oehmichen Bazán y Ana María Salazar Peralta, es coeditor del libro Movilidades y fronteras: una mirada transdisciplinar.

El GIASF es un equipo interdisciplinario comprometido con la producción de conocimiento social y políticamente relevante en torno a la desaparición forzada de personas en México. En esta columna, Con-ciencia, participan miembros del Comité Investigador y estudiantes asociados a los proyectos del Grupo (Ver más en: www.giasf.org)

La opinión vertida en esta columna es responsabilidad de quien la escribe. No necesariamente refleja la posición de adondevanlosdesaparecidos.org o de las personas que integran el GIASF.

*Foto tomada del documental Volverte a Ver.

  

A dónde van los desaparecidos es un sitio de investigación periodística y análisis sobre las lógicas de la desaparición de personas en México.

 

Recolectores Urbanos (Crónica fotográfica)

 

Fotografías y texto de Miguel Murillo 

Los recolectores urbanos son aquellas personas que buscan en los desechos de los demás, algo que les pueda servir para adquirir un poco de dinero.

Estas personas caminan varios kilómetros por las colonias situadas al sur de la ciudad, en el llamado “DF colimense”, nombrado así por las personas que viven “después del ferrocarril” en colonias como El Tívoli, La Albarrada, Bosques del Sur, Prados del Sur y Los Miradores de la Cumbre.

En la basura buscan cobre, pedacera de metal y aluminio, cables, plásticos rígidos, cartón y demás desechos que les puedan servir para cambiar por unos cuantos pesos, en los centros de recolección de chatarra.

Al abrir las bolsas de plástico también encuentran ropa, calzado, gorras, sombreros, espejos y otros artículos que venden o conservan para usarlos.

En las imágenes se muestra la manera en la que van “hurgando” en cada bolsa con el objetivo de encontrar algo de valor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los periodistas, en la mira de los grupos mafiosos

 

Por Reporteros Sin Fronteras

Callar o arriesgar la vida. Esas son las opciones que tienen los periodistas que investigan sobre la mafia. En los últimos dos años (2017 y 2018) más de 30 periodistas han sido asesinados por grupos mafiosos en el mundo. Así lo revela Reporteros sin Fronteras (RSF) en su informe (ver abajo)  “Los periodistas, la pesadilla de la mafia”, publicado el 29 de noviembre de 2018. Durante meses RSF investigó, recabó testimonios de periodistas amenazados y de personas cercanas a ellos. Algunos de estos reporteros viven bajo protección policíaca las 24 horas del día, tras haber sufrido ataques de la mafia debido a sus investigaciones. Los periodistas cuentan cómo miembros de la mafia intentaron quemar sus casas, agredieron a sus familias, hablan de sus colegas y familiares desaparecidos, asesinados en represalia por sus escritos. Todos coinciden en que la mafia, que aborrece la publicidad, no se detiene ante nada para hacer callar a los periodistas que considera demasiado curiosos. 

"A menudo, los periodistas que investigan temas tan peligrosos como la mafia se encuentran solos y desprotegidos frente a las represalias", señaló Christophe Deloire, Secretario General de RSF. "Los Estados deben hacer todo lo posible para proporcionarles el apoyo y la protección que requieren. No deben hacer oídos sordos a sus solicitudes de protección ni mucho menos caer en chantajes como lo hizo recientemente el Ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, con Roberto Savianoañadió (el ministro amenazó con quitarle la protección policíaca, pues le disgustaron algunas críticas del periodista).”

Los poderosos grupos de la mafia no conocen fronteras. En México, Brasil y Colombia, países asolados por los cárteles de la droga, al menos 10 periodistas han sido asesinados este año por la mafia. Un número que puede ser mucho mayor, pues en estos países reina la impunidad cuando los miembros de la mafia y los políticos se unen para agredir a los periodistas. En India, Camboya y algunos países de África, los grupos mafiosos se enriquecen saqueando los recursos naturales, violando todas las normas de protección del medioambiente. Los periodistas que dan cuenta del tráfico de minerales, madera y petróleo se arriesgan a sufrir fuertes represalias. En marzo pasado Sandeep Sharma, un periodista indio conocido por sus investigaciones sobre la ‘mafia de la arena’, murió atropellado por un camión de basura; un homicidio voluntario. 

Europa no es una excepción en cuanto al asesinato de periodistas de investigación: Daphne Caruana Galizia murió en Malta en 2017 por la explosión de su coche; Jan Kuciak fue asesinado, junto con su pareja, en febrero de 2018 en Eslovaquia. Los dos periodistas investigaban oscuras operaciones financieras de la mafia italiana en las que estaban implicados empresarios y políticos. En Italia una decena de periodistas, como Roberto Saviano y Paolo Borrometti, viven bajo protección policíaca permanente. Este año Borrometti escapó a un intento de asesinato en Sicilia. El año pasado más de 200 periodistas recibieron protección en Italia.

¿Qué puede hacerse ante el alcance de los poderes de la mafia, que a menudo cuenta con la complicidad o, al menos, la pasividad de las autoridades? ¿Cómo pueden los periodistas seguir trabajando sin arriesgar su vida y la de su familia, sabiendo que la mafia no retrocede ante nada? En 2006, en Japón, los yakuzas secuestraron y asesinaron al hijo del conocido periodista Mizoguchi Atsushi en represalia por sus investigaciones. Desde entonces, la autocensura es la regla. Ante tal violencia, algunos periodistas han decidido renunciar. En México, el director de Norte de Ciudad Juárez tomó la dolorosa decisión de cerrar el diario tras el asesinato de la periodista Miroslava Breach. Otros reporteros, como Pavla Holcova –colega de Jan Kuciak–, siguen empleando su pluma como un arma, convencidos de que continuar realizando sus investigaciones y revelar al mundo entero las actividades ilegales de los grupos criminales, es la mejor manera de protegerse. Sin embargo, esto supone reducir los riesgos y organizarse. Cada vez más periodistas optan por esto, ponen en común su trabajo y emprenden investigaciones realizadas de forma colaborativa en grandes consorcios internacionales. Una respuesta colectiva frente a los tentáculos de la mafia.

 

Documentos relacionados:

https://rsf.org/sites/default/files/esp_rapport_mafia_web.pdf

 

 

Más contagiosa y grave para jóvenes, tercera ola de COVID-19

 

Por Silvia Núñez Esquer/ Cimacnoticias

Hermosillo, Son. Como una experiencia inmersiva al epicentro del COVID-19 grave, resultó la invitación de la Secretaría de Salud de Sonora a medios de comunicación para que constaten por sí mismos la vivencia interna de la dinámica del Hospital General del estado, que sufre incremento de casos día a día en lo que ya es una franca nueva ola.

Todo empieza por una charla de inducción y sensibilización para aclarar que el recorrido será con pacientes que se encuentran graves de salud, varios de ellos dependientes de un respirador para seguir con vida.

Se explicó que por respeto a los derechos del paciente no se tomarán fotografías ni video a los rostros de las personas que luchan por vencer la batalla que los llevó a esa cama en la que estarán por varios días para ser auxiliados, y si su cuerpo responde, saldrán airosos de la enfermedad que ha arrebatado la vida a 7 mil 150 personas entre infancia y adultas en Sonora.

De la reunión introductoria pasamos al primer piso. En el día en que se reportaron cinco defunciones en el estado de Sonora, todas de mujeres, entramos a conocer cómo está enfrentando el personal médico la tercera ola de COVID 19 grave.

Llegamos a un área de hospitalización en donde se encuentran cubículos para enfermeras, médicos y médicas residentes se puedan cambiar de ropa y puedan así protegerse del contacto con los pacientes que atienden.

En lo que parece ser la única experiencia de este tipo en el país, un grupo de periodistas acudimos al llamado y nos integramos en un grupo que recorrería las áreas COVID-19 en el HGE con el equipo de protección máxima, que se utilizó en la primera etapa de la pandemia por el personal médico que atendía a pacientes afectados por la infección producida por el virus SARS-CoV-2.

Frente a un pasillo que conduce a las salas donde se encuentran internados los pacientes, se encuentran los cubículos en donde habremos de cambiarnos la ropa. Desde ese lugar observamos a través de una puerta de vidrio con la Leyenda de identificación “Área de contingencia COVID 4”, el pasillo por el que nos imaginamos han pasado cientos de pacientes para entrar y para salir.

Las decenas de camillas que por ahí han transitado han conducido a pacientes conscientes o inconscientes y han evacuado a cuerpos sin vida, cuando la batalla por la vida se acabó.

Dos enfermeras nos explican que pasaremos a un sitio las mujeres y a otro los hombres porque habremos de cambiarnos la ropa, vistiendo en adelante el equipo de protección.

Panchita, una de ellas, es quien se encarga de dos de nosotras, que formamos parte del segundo grupo de reporteras y reporteros que pasaríamos en proporción de mitad hombres y mitad mujeres, para conservar la equidad.

 

 

Empieza la transformación para entrar en forma segura al área COVID, y Panchita nos indica que debemos retirarnos la ropa con la que llegamos, para vestirnos con la ropa de seguridad.

Impresiona que todas las piezas se encuentren en una sola bolsa que pareciera, contiene sólo unos guantes o un gorro, pero es todo un kit de protección que fuimos conociendo pieza por pieza, después de abrir la bolsa de plástico que venía cerrada.

Primero va un conjunto quirúrgico. Pantalón y blusón azul como el del personal médico en un quirófano. Después las botas desechables del mismo material, luego de conocer el procedimiento para sujetarlas bien en cada pie.

Le sigue la colocación de unos guantes plásticos. El siguiente paso es la gorra que cubrirá todo el cabello y que impedirá que se regrese a la cara pues cuenta con un elástico que se ciñe al inicio de la cara.

Otros guantes sobre los primeros. Después el clásico overol blanco completo, que recuerda los mamelucos de bebé, que vemos en las imágenes de grandes pandemias acompaña al personal médico de diario durante toda la jornada de trabajo.

 

 

Es una especie de cachorón de material plástico con elásticos en las muñecas y en los tobillos. Cuenta con un ziper al frente, por lo que, al colocarlo debidamente, el cuerpo y extremidades quedan absolutamente protegidas con el material impermeable y las dos capas de ropa que van en el interior. Posteriormente se coloca una bata del mismo material, en este caso blanca, con cierre hacia atrás.

Unos terceros guantes son colocados por fuera de los anteriores, y sellada la unión de la manga con el guante por cinta. Por encima de la pierna de “traje de astronauta” como le llaman algunas personas, van otras botas del material quirúrgico, que se sujetan abrazando a la prenda anterior.

Finalmente se sube el gorro del overol plástico cubriendo el anterior gorro que cubre y guarda el cabello, y viene entonces el cubreboca KN 95 con sujetadores en la cabeza que hacen tal presión que parecería que es imposible que entre o salga cualquier partícula de aire o saliva. La laminilla sobre la nariz ajusta hasta la incomodidad en el tabique nasal.

Una nueva cinta sella la unión del cubreboca con el cuello del overol y como última herramienta se colocan los googles o lentes de protección. Ceñidos al máximo como si debieran ir encarnados.

Es por ello que al retirarlos cuando terminó el recorrido, se quedaron grabados en la piel de la cara, como zanjas que recuerdan su forma, pero sobre todo nos evocan las fotografías de la primera ola, cuando sus huellas permanecían en las caras del personal médico.

 

 

Acondicionan cuatro salas por incremento de casos

El director médico del Hospital General del estado, doctor Joaquín Sánchez González, describió la forma en que han reconvertido áreas de la segunda planta del lugar, de acuerdo a como ha ido el incremento en la demanda de atención.

Explicó que no obstante la orientación de algunas áreas para la atención de la pandemia, no han dejado de atender a pacientes de otras afecciones.

Indicó que en la primera ola de la pandemia reconvirtieron algunas áreas para darle prioridad, incluso en dos plantas del hospital. Señaló que hoy día sólo es una parte de la planta que visitamos, pues todavía no se atiende a una población similar a la primera etapa de la contingencia.

El área COVID-19 atiende a hombres y mujeres, quienes están separados en salas distintas cuando son pacientes conscientes, pero en donde se encuentran intubados y sedados, no hay separación pues la prioridad es conservarlos con vida y facilitar su recuperación.

Dos mujeres adolescentes embarazadas graves por COVID-19

El Coordinador del área COVID del Hospital General del estado, doctor Rafael Eduardo Cuen Rendón, informó que son dos las adolescentes embarazadas que han sido atendidas en el área COVID-19 en las recientes dos semanas.

Ambas de 16 años, con 37.1 y 35 semanas de gestación respectivamente, padecieron COVID-19 grave, y se recuperaron.

En total son 29 pacientes entre hombres y mujeres los que son atendidos en el área acondicionada para atender COVID grave, del HGE. El cambio sustancial es la edad media de las y los pacientes, pues mientras en la primera ola ésta era de 70 años de edad, hoy día es de 39 o 40 años que no estaban vacunadas, expuso el doctor Cuen.

El coordinador del área COVID del HGE explicó que otra diferencia es que hoy médicas y médicos son muy conscientes de cómo se debe manejar al paciente COVID.

Ejemplo de ello son los medicamentes que se suministraban como la Hivermectina y Azitromicina que “ahora se sabe que no funcionan”, reveló.

Aprendimos de las primeras olas, nos reímos de las medidas que tomábamos

El médico responsable del área COVID-19 del HGE reconoció que al ser una enfermedad nueva no conocían nada sobre ella, por lo que, a medida que van saliendo nuevos estudios el manejo cambia.

“Hoy nos reímos de los tratamientos que dábamos al principio, nos aislamos totalmente de nuestras familias. No conocíamos ni siquiera el riesgo de la transmisión a través de las superficies”.

Cuen Randón indicó que si bien ellos no secuencian las variantes del COVID que afectó a cada paciente, sí se han percatado que hoy día la enfermedad es más agresiva y contagiosa, sobre todo con las personas jóvenes.

Otra de las diferencias es que al principio la gente se moría por otras razones no asociadas al COVID-19 directamente, pero sí por la situación de los hospitales, pues les daba miedo internarse.

Es por ello que hoy día no han conservado los otros servicios, acondicionando áreas específicas para COVID-19. “Los pacientes no se dejan de infartar, no dejan de enfermarse de la vesícula, hay apendicitis u otras cosas que requieren atención”.

 

 

Termina la jornada y la realidad confirma lo que el personal médico nos explicó en el recorrido. Las personas fallecidas son 27 en toda la entidad, dato que se reportó al día siguiente, muchas más que el día anterior. Aunado a ello, se confirman 500 casos nuevos en el estado, lo cual augura más necesidad de camas de hospital con equipo especializado para mantener con vida y respiración artificial a más pacientes.

Los hospitales privados se encuentran al 75 por ciento de su capacidad y el más importante en el municipio de Cajeme ya agotó su capacidad para recibir pacientes COVID. La experiencia de la visita periodística es enriquecedora y reafirma que la pandemia no ha terminado, y probablemente tampoco sea ésta la última ola.

*Fotografías cortesía de Silvia Núñez Esquer