Dos años sin Alan, Calep, Israel y Jorge; el rastro de los potosinos se perdió en Lagos de Moreno

Foto de portada: Una mujer observa el memorial creado para el pronto regreso de Alan Michel Martínez Vargas, Calep Adonai Maldonado Moncivais, Jorge Rodríguez Ortiz e Israel Andrade Hernández, desaparecidos el 26 de julio de 2021. (Narrativas Dignas)   

 

Narrativas Dignas

En julio de 2021, los cuatro jóvenes desaparecieron cuando viajaban a Tonalá. La investigación apunta a policías municipales que podrían estar coludidos con el crimen organizado. Un memorial recuerda en la ciudad de San Luis Potosí a los muchachos, que fueron vistos por última vez en una zona donde han sido denunciadas desapariciones múltiples que tienen como destino el reclutamiento forzado.

Cuatro jóvenes potosinos que viajaban rumbo a Tonalá, en Jalisco, para trabajar en la construcción de un motel fueron desaparecidos en Lagos de Moreno el 26 de julio de 2021 por integrantes del crimen organizado en colusión con la policía municipal, según la investigación penal del caso. Desde ese día, las familias esperan el regreso de Alan Michel Martínez Vargas, Calep Adonai Maldonado Moncivais, Jorge Rodríguez Ortiz e Israel Andrade Hernández. 

La difusión de un video que conmocionó al país por la violencia de sus imágenes, en el que aparecen Roberto Olmeda Cuéllar, Diego Alberto Lara Santoyo, Uriel Galván González, Jaime Adolfo Martínez Miranda y Dante Cedillo Hernández, desaparecidos el 11 de agosto en la misma ciudad jalisciense de Lagos de Moreno, hizo que los familiares de los jóvenes potosinos revivieran la angustia y desesperación que sintieron tras su ausencia. 

“No andamos bien, estamos muy preocupados por los muchachos, tenemos mucho miedo. Es que aunque no quieras, en todo tipo de red social te sale, ahorita TikTok está lleno de fotos, videos y, según esto, [la hipótesis de] cómo se llevaron a los cinco chavos. Estamos muy vulnerables”, afirma Paola, sobrina de Jorge.

El pasado 6 de agosto, las familias y el colectivo Voz y Dignidad por los Nuestros, acompañados por integrantes de los proyectos Narrativas Dignas y Luciérnagas de Media Noche —grupo de arte escénico—, instalaron un memorial dedicado a Alan, Calep, Jorge e Israel en un muro de la avenida Industrias, y pidieron su pronto regreso. Se ubica en una vía clave que cruza por la zona industrial de la ciudad de San Luis Potosí, a quince minutos de la empresa MYSI Mantenimiento y Soluciones Industriales, donde los muchachos trabajaban sin contrato ni prestaciones de ley y cuyos directivos no han apoyado a las familias en la búsqueda, pese a que su desaparición ocurrió durante un viaje de trabajo.

A dos años del hecho, las familias señalan que la investigación y búsqueda de los jóvenes ha sido lenta y omisa, pues las pruebas iniciales aportadas para su búsqueda no fueron investigadas por la Fiscalía del Estado de Jalisco, y denuncian corrupción por parte de las autoridades municipales y estatales que las desestimaron; a la fecha, cuatro policías de Lagos de Moreno se encuentran presos y vinculados a proceso penal acusados del delito de desaparición forzada.  

“Sigo con la esperanza de que Dios me conceda el milagro de encontrar a mi hijo”, pide la señora Verónica Vargas, madre de Alan. Las noticias recientes sobre la desaparición de los cinco jóvenes en Lagos de Moreno han deteriorado la salud de doña Vero, que no logra controlar sus niveles de azúcar a causa de la diabetes.  

Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), de 2013 a julio de 2023 desaparecieron 369 personas en Lagos de Moreno. El mayor número se registró en 2015, con 69 personas desaparecidas, mientras que en 2022 se reportaron siete casos, y durante 2023 no se ha registrado ninguno. 

 

Tras la desaparición de Calep, Alan, Jorge e Israel, las familias se manifestaron, en septiembre de 2021, afuera de la empresa en la que trabajaban, en la zona industrial de San Luis Potosí. La compañía no apoyó a los familiares en su búsqueda. (Cortesía familias)

 

Versiones opuestas 

Aquel lunes 26 de julio de 2021 viajaban siete trabajadores en la camioneta roja de MYSI: el chofer, un electricista, un albañil y los cuatro jóvenes. 

La esposa de Jorge perdió su rastro a mediodía. Alrededor de las tres de la tarde, los tripulantes se bajaron en un Oxxo localizado en la carretera que conecta a Lagos de Moreno con Encarnación de Díaz, municipio jalisciense donde el 27 y el 28 de julio fueron desaparecidas las hermanas Adriana, Rosa Olivia y Marisela Saucedo Zermeño, y Beatriz Hernández Martínez, pareja de Adriana. 

La versión de la fiscalía estatal es que el grupo asaltó la tienda y fue detenido por elementos de la policía municipal, que entregaron a Calep, Alan, Israel y Jorge a miembros de una organización criminal, mientras que a los otros tres trabajadores se los llevaron arrestados. 

La noticia de la detención de los presuntos asaltantes se publicó en medios de comunicación locales como REDTN Jalisco, pero en ninguna nota se mencionó que iban siete personas en la camioneta y cuatro jóvenes se encontraban desaparecidos. En la actualidad, ya no se puede acceder a esta información en los portales. 

Ofelia Rodríguez, hermana de Jorge, dice que no se sabe con certeza qué pasó con los muchachos durante las tres horas que transcurrieron entre la pérdida de señal del teléfono de su hermano, hacia el mediodía, y el supuesto asalto al Oxxo, que califican como un montaje.  

En su declaración a la fiscalía, el chofer afirma, al contrario de la versión oficial, que cuando salieron de comprar en la tienda, se les pegó una Suburban verde. Al pasar la caseta de peaje, en la salida de Lagos de Moreno, trataron de huir, pero los chocaron y un Sentra rojo con un sujeto armado los obligó a detenerse. A Israel, Jorge, Alan y Calep los subieron a un Corolla blanco —ahí pierden su rastro para las autoridades—, y al resto los dejaron en la camioneta de la empresa. Al chofer le pidieron que manejara, mientras que el electricista y el albañil fueron llevados a la parte trasera del vehículo y cubiertos con una cobija. Así recorrieron distintas bodegas y rancherías de la zona. A las ocho de la noche, integrantes del crimen organizado entregaron a la policía municipal a los tres trabajadores que estaban en la camioneta. 

De acuerdo con la versión de la fiscalía, a los detenidos se les encontraron drogas y armas que, según las familias, fueron “sembradas” en el vehículo.

Al día siguiente de la desaparición, la esposa de Jorge aportó la ubicación de una bodega en la colonia Agua Caliente, en Lagos de Moreno, donde según la aplicación Life360 —que permite la localización por medio del GPS— se encontraba el celular de su marido. 

El inmueble fue cateado en septiembre, seis semanas después del hecho, y no por el caso de los jóvenes, sino porque el lugar fue señalado en otra carpeta de investigación. En el sitio se encontró una prenda de Calep. 

Las familias se preguntan constantemente: si las autoridades hubieran allanado la bodega cuando les dieron a  conocer su localización, ¿habrían encontrado a los muchachos?  

Desde octubre de 2021, a petición de las familias, la Fiscalía General de la República atrajo la investigación de la desaparición de los jóvenes. Berenice Moncivais, madre de Calep, señala que, en un inicio, el cambio fue  favorable para el caso, ya que se tomaron las declaraciones de los presuntos implicados y se vincularon a proceso, pero desde hace unos meses nuevamente le parece que está estancado, sin nueva información, avances en la búsqueda y sin agotar todas las líneas de investigaciones que se tienen.  

Hallarlos con vida

 

Arriba, de izquierda a derecha, Israel, cuyo nombre artístico es Soul, dibujando la ratita que utiliza como firma; Jorge durante el baile de boda de su sobrina Paola, y Calep con su motocicleta, que solo pudo conducir desde la agencia a su casa. Abajo, la motocicleta hecha por Alan que decora la sala de su casa.  (Cortesía familias y Narrativas Dignas) 

 

Las familias sienten que sus hijos y hermanos se encuentran con vida y, quizá, fueron víctimas de reclutamiento forzado por el crimen organizado. Los parientes de Jorge subrayan el perfil de la mayoría de las personas que han sido desaparecidas en el municipio: hombres jóvenes como él, de 24 años, y como Calep, Israel y Alan, de 18, 19 y 24 años, respectivamente, con buena condición física y habilidades para el trabajo.

En febrero de 2019, los periodistas Alejandra Guillén y Diego Petersen revelaron en el reportaje “El regreso del infierno mexicano: los desaparecidos que están vivos” que el Cártel Jalisco Nueva Generación se ha llevado a decenas de hombres, reclutados de manera forzada, a la sierra de Ahuisculco, en el límite de Jalisco con Guanajuato. 

“La Fiscalía de Jalisco realizó operativos en julio de 2017 y encontró campamentos de entrenamiento. En uno de ellos detuvieron a 15 hombres, de los cuales tres constaban como desaparecidos y pudieron comprobar que estaban retenidos contra su voluntad. Los tres fueron liberados y su testimonio quedó recogido en la  carpeta de investigación 1611/2017 […]. Gracias a su relato y a testimonios anónimos se sabe ahora que a la sierra de Ahuisculco se llevaron a decenas de hombres de los valles de la región de Tequila, del área metropolitana de Guadalajara, de otros estados, e incluso migrantes centroamericanos, y que la esclavitud y el trabajo forzado ha sido un modus operandi del Cártel Jalisco Nueva Generación para asegurar el funcionamiento de sus negocios”, escriben los autores. 

“Lagos de Moreno y la región de los Altos Norte, a la par de ser una zona estratégica para el tránsito de drogas, de armas, y [para] la trata de personas, también ha sido un terreno importante para generar campamentos relacionados con el crimen organizado, orientados hacia la producción de droga, principalmente”, señaló la abogada Anna Karolina Chimiak, codirectora del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad) en el corto documental “Comanja de Corona, tierra inhóspita controlada por el CJNG”, realizado por los periodistas Mónica Cerbón, Adolfo Vladimir y Misael Valtierra en 2020.

Al inicio de la primavera de 2023, la noticia de la detención de una célula delictiva de una organización criminal se publicó en medios nacionales. En una foto de los detenidos posando con armas largas aparece un joven que, por su complexión y su postura, doña Vero pensó que podía ser su hijo Alan —por la seguridad del joven, la familia no dio más detalles sobre el hecho—.  A pesar de sus constantes preguntas, la fiscal encargada del caso no consideró relevante la información y aún desconoce si Alan es uno de los detenidos. 

‘¿Dónde está mi carnal?’

 

Instalación del artista urbano Juan Carlos Nsano en la Fiscalía General del Estado de San Luis Potosí realizada en septiembre de 2021. Es amigo de Israel, y ambos se dedican al grafiti. (Narrativas Dignas)

 

“Israel es un amigo desde la infancia, crecimos juntos. Los dos nos dedicamos a esto del grafiti y el arte urbano. De qué otra manera puedo exponer este sentimiento que tengo si no es de la forma que nosotros hacemos las cosas”, cuenta Juan Carlos Nsano. 

En septiembre de 2021, el artista llenó algunas de las vialidades principales del centro de la capital potosina con fotos de su amigo y vecino, acompañadas de la leyenda: “¿Dónde está Israel Andrade Hernández, mi carnal?”. 

Días después, comenzó a relacionarse con las familias de Alan, Calep y Jorge. Durante la primera marcha que los familiares realizaron en la ciudad, Nsano colocó grandes fotografías de los cuatro jóvenes en las rejas de la Fiscalía General del Estado de San Luis Potosí. 

A dos años de la desaparición de su amigo, el pasado 6 de agosto, el artista urbano creó el memorial de la avenida Industrias —en el que mezcla la técnica del paste up y el grafiti— para el pronto regreso a casa de Israel, Jorge, Alan y Calep. 

El memorial busca colocar la historia de las familias en el centro, para intentar revertir la narrativa revictimizante de la fiscalía de Jalisco, que culpabiliza a los muchachos al acusarlos del supuesto robo a la tienda y de la portación de armas y drogas, discurso que ha sido replicado por algunos medios de comunicación, sembrando la idea de que no merecen ser buscados y justificando, de esta forma, la inacción y la falta de acceso a la justicia de las víctimas y sus familias. 

“[Queremos] tener el apoyo de la gente, que se sensibilicen y sean empáticos, y no piensen que esto nunca les va a pasar porque todos estamos expuestos”, dice la mamá de Calep.  

“A raíz de las visitas a las familias vimos que todas tenían pequeños altares con agua, flores, veladoras, la fotografía del familiar y algunos santos; encontramos que era lo que las unía. En este caso, [el memorial] es un altar de búsqueda, de luz; un altar para pedir por el regreso de ellos, que dé esperanza a los familiares”, explica Nsano, y agrega que la técnica del paste up permite replicar el memorial en otros lugares.

 

Altar con veladores y fotografías de los jóvenes desaparecidos colocado en la casa de la familia de Alan, con el que piden su pronto regreso.  (Narrativas Dignas) 

 

Para Ofelia, lo más valioso del memorial es que las personas que transitan por la zona podrán saber quiénes eran los jóvenes. Conocerán a su hermano Jorge, al que de pequeño le gustaba usar un sombrero texano cuando jugaba en la sala de su casa, y que es un bailador amante de la cumbia y el mejor amigo de su sobrina Paola. 

Podrán conocer a Calep y su amor por las motocicletas. Una semana antes de su desaparición, después de una intensa labor para convencer a su madre, se pudo comprar su primera moto, que no pudo estrenar y, desde entonces, lo espera en la cochera de su casa. 

Conocerán también a Alan, trabajador desde pequeño y con gran habilidad para construir y arreglar todo tipo de objetos y máquinas. En la sala de su casa, como decoración, se encuentra una pequeña moto que hizo con desechos: tornillos, tuercas, una palanca de gas, un objeto que su madre atesora con la esperanza de volverlo a ver pronto.  

Y, por último, sabrán quién es Israel, conocido como Soul en el arte urbano potosino, y descubrirán su firma: una ratita que hasta la fecha se puede hallar en algunas calles del oriente de la capital. Nsano cuenta que, desde su desaparición, ha platicado con su hermano para no dejar inconclusos los planes que su amigo soñaba realizar.    

“No sabes cuál es el impacto de una desaparición hasta que uno no empieza a involucrarse con las familias. Hasta que no conocí a Calep, a Jorge y a Alan a través de los familiares, no te das cuenta de cómo impacta esta crisis, que detiene el mundo de las familias y lo rompe. Esa ausencia siempre se hace evidente”, relata el artista urbano.   

“Hemos vivido muchos sentimientos encontrados en los últimos días”, cuenta Ofelia, quien espera que el memorial “ayude a que la gente se sensibilice, que haya más apoyo de las autoridades porque este es un camino muy difícil, pero también si [la ciudadanía] sabe algo de ellos, que se acerque a las autoridades o a nosotros para poder hallarlos”.  

 

 

Rezar para avivar la esperanza: Virgen de Talpa visita a madres buscadoras de Colima

 

Texto y Fotografías: Monserrat Cárdenas

En honor a sus desaparecidos, madres buscadoras y familiares se reunieron para orar ante Nuestra Señora del Rosario de Talpa en la Plaza de las y los Desaparecidos, en la capital del estado, como consuelo frente a las desapariciones sistemáticas que ocurren en el país.

Amenazadas por la lluvia, incesante en la ciudad hasta el momento de la oración colectiva, rezaron un rosario y pidieron por la pronta aparición de las más de mil 700 personas desaparecidas en la entidad. Encendieron veladoras, montaron un altar y adornaron con flores los pies de la figura eclesial.

María de Lourdes Galicia y Héctor Mier se postraron frente a la Virgen para orar por su hija Vanessa Mier Galicia, de 42 años, a quien se le perdió el rastro el 10 de mayo del 2017 en Villa de Álvarez.

“Esta es una forma de integrar a más personas y que se interesen y no tengan miedo de participar”, dijo Héctor al finalizar la oración.

Su hija fue vista por última vez cerca de la colonia Villa Izcalli, cuando salió presuntamente a cenar con una amiga.

“Yo creo que la engañaron, que vinieron por ella”, señaló.

La investigación para conocer el paradero de Vanessa no ha llevado a ningún resultado, por eso María de Lourdes y Héctor encuentran en la Virgen un refugio para calmar su dolor y avivar con Padres Nuestros y Aves Marías la esperanza de encontrar a su hija.

Al finalizar el rosario, quienes integran la Red Desaparecidos en Colima A.C., organización convocante, repartieron pan y arroz de leche entre las y los asistentes. La compartición y el acercamiento entre familias es importante para generar empatía, explica Adriana, quien, a pesar de haber ya encontrado a su hija, asistió para brindar apoyo a quienes la acompañaron en su búsqueda.

“Tu lado espiritual es lo que te fortalece, es lo que te hace seguir adelante a pesar de las negaciones de la sociedad o de las instituciones. Yo me agarro de Dios para seguir adelante”.

Su hija desapareció en enero de 2022 y le fue devuelta sin vida en mayo de ese año. Hoy prefiere no decir su nombre, porque apenas piensa en ella, se le eriza la piel y enciende el llanto.

“Yo continúo en el grupo sólo por apoyarlos. Sé del dolor que se siente, yo pasé por eso, y lo único que quiero es apoyarlos por lo menos con la compañía”, señala.

Las familias de las y los desaparecidos de Colima marcharán desde la Plaza hasta el jardín Libertad el próximo 30 de agosto, en el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas.

 

 

 

La incesante búsqueda de un hijo a cinco años de su desaparición en Colima

 

Escrito por Monserrat Cárdenas

Mil 825 días han pasado Carmen Sepúlveda y Carlos Campos sin su hijo Donaldo, desaparecido en Villa de Álvarez el 20 de agosto de 2018, con 24 años de edad. Su desaparición impulsó a sus padres a particiár en la fundación de la Red Desaparecidos en Colima A.C., junto a familiares de las más de 1700 personas desaparecidas en la entidad de acuerdo con las cifras de esta organización.

El rastro de Carlos Donaldo Sepúlveda Campos se desvaneció cuando terminó su jornada laboral como tatuador y se dirigió en su motocicleta a ver a una joven que le gustaba. El hombre que hoy se encuentra sentenciado por su desaparición convenció a la mujer de “ponerlo” para que quienes se lo llevaron la tuvieran más fácil, cuenta Carmen.

“El único indicio es que a él se lo llevaron a un casco de una hacienda en Comala; ahí lo golpearon, lo torturaron y de ahí recibieron una llamada para que se lo llevaran ‘para arriba’, que es para Tonila (Jalisco). Creo que habló el jefe, según la persona que lo dijo en el juicio; la persona dijo que de ahí iba vivo y que ya no supo más nada de Donald”.

Donald, como lo llaman sus conocidos, tiene tatuado del lado del corazón el rostro de una mujer con un paliacate con el nombre de su madre; también tiene un ojo parecido al símbolo illuminati, una rosa grande en la espalda, letras en diferentes tipografías en las pantorrillas, figuras en los antebrazos y otro ojo en la muñeca izquierda. Era habitual verle con gorras de visera plana, Vans, jeans y lentes oscuros, o en fotos en redes sociales tatuándose a sí mismo. Su talento y su capacidad para hacer amigos lo hizo popular en su barrio y entre los chicos. También lleva tatuado en el pecho “Mi familia es primero” en inglés, y dice Carmen que por eso su familia está con él, esperándolo.

A cinco años de su ausencia, la familia Campos Sepúlveda salió a las calles de La Villa para exigir la aparición de Donaldo con vida “o como sea”. Carmen encabeza la marcha sobre la Av. Benito Juárez hasta el jardín Independencia con un megáfono en mano y una camiseta con el rostro de Donald. La flanquean sus hijos Fernanda y Manuel, que acompañan las consignas de su madre haciendo de su voz un sonido estridente que llama la atención de automovilistas y transeúntes. Mientras que Carlos, aún con la artrosis de rodilla que padece y que lo hace cojear, va hasta al final del contingente con un megáfono más para que las consignas alcancen a llegar hasta allá. Les acompañan familiares, integrantes de la Red Desaparecidos en Colima y activistas locales.

La protesta se suma a las hechas en la capital en marzo de este año por el 6° aniversario de la desaparición de Leslie Alejandra Flores Larios, y en abril por el 2° aniversario de Jasson Adrian Fonseca Núñez, ambos de 24 años, la misma edad de Donaldo.

Carmen Sepúlveda Gómez es hoy la presidenta de la Red Desaparecidos en Colima. Ella y su esposo acudieron en 2018 al llamado de Eva Verduzco de la Cruz, buscadora de su hermano David, desaparecido en 2017 también con 24 años, para conformar un colectivo que aglutinara a las familias de las personas que habían comenzado a desaparecer sistemáticamente en el estado.

A Carmen le tocó aprender a hablar en público y frente a la prensa, a redactar oficios, subir cerros y guardar la calma. Las decepciones que le hicieron pasar aquellos que la llamaban en la madrugada para pedir dinero a cambio de su hijo le forjaron el carácter que hoy antepone frente a la burocracia, las amenazas y el tiempo que pasa.

Carlos debió aprender de contabilidad como parte de la tesorería de la Red, a hacer carteles con el nombre de Donald y a caminar largas distancias por él a pesar de la edad y el cuerpo cansado. “Aún así vaya en silla de ruedas, arrastrándome, pero jamás lo dejaré de buscar”, asegura. “Dicen que uno como papá no siente pero sí siente uno - cómo no - pero no lo demuestra”.

Él es uno de los pocos hombres que integran la organización de familiares, aunque no tan activamente como él quisiera. “Es pesado porque a veces me siento un poco inútil por mi trabajo que no me deja estar al cien al tanto de la Red de Desaparecidos. Pero a mí esposa la apoyo al mil, lo que ella me pide yo lo hago”.

Entre la lluvia a punto de caer y autos que les rebasan, la marcha llega a la plaza principal del municipio. A pesar de que es común que las protestas se hagan en el centro de la capital, Carmen Sepúlveda quiso que la de su hijo fuera en Villa de Álvarez porque “él es de aquí y necesitamos visibilizar las desapariciones que ocurren en este lugar”. Ahí, Carmen lee unas palabras que una amiga le ayudó a escribir: “Tengo las manos y los pies de un perro que busca en las esquinas. En eso me he convertido. He rastreado tus huesos y carne. (...) Ahí andas haciendo ruido entre las horas del sol y el polvo. No voy a dejar de gritar tu nombre, de evocar tu esencia en cada murmullo del viento, Carlos Donaldo. (…) Eres la continuidad de mi lucha”.

La familia de Carlos Donaldo son sus padres y sus hermanos, pero también las más de 100 personas que conforman la Red. Su nombre ya está tatuado en la historia del estado, como uno de los jóvenes que dio pie a voltear a ver a los desaparecidos.

 

 

 

Nudos de violencia a cuestas. Desaparición y desplazamiento forzado en la historia de personas desplazadas que buscan a personas migrantes

                                                                                                                 Foto: Desinformémonos

 

Iris y Karla nunca imaginaron que podrían conocerse. Ambas son originarias de Honduras, pero de territorios alejados y generaciones distintas, sin embargo, la búsqueda de un ser querido desaparecido en México las llevó a encontrarse por medio de plataformas virtuales. Además de compartir los obstáculos que entraña la búsqueda de alguien que ha desaparecido en un país distinto al propio, también comparten la situación de hacerlo desde un país que tampoco es donde nacieron. Ambas tuvieron que dejar Honduras para salvar la vida propia y la de sus familiares.

Iris, ahora en Estados Unidos, y Karla, actualmente en España, tejen la historia de búsqueda de sus seres queridos desaparecidos en México con la experiencia del desplazamiento forzado fuera de sus fronteras; su caminar conlleva un nudo de violencias a cuestas, del que pocas veces nos percatamos.  Sus historias de búsqueda permiten no sólo ver el continuum de violencias que podría ayudar a comprender la sistematicidad de la desaparición de personas migrantes, sino también una serie de violencias abigarradas que afectan directamente a quienes les buscan. 

Salir a la fuerza 

Iris dejó Honduras en octubre de 2009 para buscar a su hijo José Rafael, quien le llamó por última vez en octubre de 2008 desde Coatzacoalcos, Veracruz. Sin apoyo de autoridades de su país y con escasa orientación por parte del Estado mexicano, pero con una visa humanitaria, Iris llegó sola a México en 2009 para buscar pistas sobre el paradero de su hijo, a partir de una noticia de una persona encontrada sin vida a orillas del mar. Desde entonces, Iris estuvo en un proceso de desplazamiento constante de Honduras a México buscando respuestas. No las obtuvo. Las confrontas de ADN que realizaron las autoridades de Veracruz entre 2011 y 2015 resultaron negativas. 

En medio de ese transitar, ella y el resto de su familia aun en Honduras, comenzaron a sufrir amenazas por parte de pandillas. Ante esta situación, Iris solicitó el refugio en México en 2017, mismo que le fue negado. Con el asesinato de un familiar y sabiendo que las amenazas les habían seguido hasta territorio mexicano, Iris solicitó el asilo en Estados Unidos. Actualmente, es una de las más de 1.5 millones de personas con un proceso de juicio de solicitud de asilo sin resolución [1]. El juez que lleva su caso ha argumentado “no creer” en la violencia generada por las pandillas. 

Por su parte, Karla decidió salir de Honduras en 2017. La violencia en su comunidad había cobrado la vida de uno de sus hermanos. Quienes sobrevivieron, intentaron emigrar hacia Estados Unidos huyendo para salvar su vida, entre ellos, Roberto Enrique quien desapareció en México en 2022. Karla no quiso vivir los peligros de la ruta que cruza por México y optó por otro destino. Actualmente ella es una de las más de 130 mil personas hondureñas  que viven en España[2]. Esta migración que ha sido catalogada sobre todo como “laboral”, está indudablemente compuesta por miles de hondureñas que, como Karla, solicitan el asilo por motivos de violencia.  Lo obtuvo sólo por un año y ahora está establecida en dicho país con un permiso de residencia para ella y sus hijos. 

Aún cuando los motivos que les llevaron a salir de Honduras están directamente relacionados con eventos que han puesto en riesgo su vida, los criterios desde los “países de acogida” para determinar qué violencias se consideran suficientes para que alguien sea merecedora de asilo o refugio, difícilmente toman en cuenta las violencias en los países que no viven una “guerra reconocida” [3]. En el caso de las familias buscadoras, esta falta de reconocimiento invisibiliza las violencias propias a los procesos de expulsión que afectan  la búsqueda del ser querido desaparecido. 

Buscar desde un país ajeno al propio

Mientras su proceso de asilo esté en curso, Iris no puede salir de Estados Unidos. Por tanto, sus labores de búsqueda en México se han frenado. Sin embargo, con el acompañamiento colectivo de otras familias, Iris ha enfrentado desde fuera de Honduras y de México las últimas acciones de las fiscalías en México. A principio de año, la Fiscalía de Veracruz negó la posibilidad de que Iris pudiera realizar solicitudes de peritajes independientes vía internet y demandaron su presencia pese a que sabían que está pasando por un proceso de asilo. 

Karla, por su parte, se enteró por redes sociales en 2022 de la existencia de una persona que había sido encontrada sin vida en Piedras Negras desde abril de ese año, quien tenía los rasgos de su hermano Roberto. Desde España, con el acompañamiento de la Red Regional de Familias Migrantes, realizó los procesos burocráticos de identificación y los trámites de repatriación de Roberto, quien volvió sin vida a casa en enero de 2023. Karla no pudo acompañarlo en su último adiós, pues volver a Honduras es un peligro para ella y su familia.  

De la misma manera que las familias que viven en  Honduras, estas mujeres solicitaron  apoyo  a sus representantes consulares en México o sus países de residencia. Las respuestas fueron en un principio nulas.

En el caso de Karla, la red consular logró activarse una vez que ella notificó la posibilidad de que Roberto hubiera fallecido. Aun cuando el proceso de repatriación fue “rápido”, se violentaron los derechos de Karla a conocer la verdad de lo sucedido y a participar activamente del proceso. Iris, hasta hace poco tiempo consiguió respuesta de sus representantes consulares para que se realicen los procesos correspondientes ante las negativas de la Fiscalía de Veracruz. 

Ambas mujeres han manifestado en distintos momentos haber querido estar en México para buscar ellas mismas las respuestas que no tienen; sin embargo, de la misma forma que otras madres buscadoras migrantes y desplazadas forzadamente, no sólo se enfrentan a las dificultades de entrar al país, sino que las razones que les hicieron salir de Honduras no les permite  desplazarse “libremente”. 

La manera en que se cruzan el desplazamiento forzado y la búsqueda de un ser querido desaparecido no es algo que las autoridades de México, Honduras o los países de destino -en este caso Estados Unidos y España- estén  considerando de manera conjunta. Desde los países en que actualmente residen y el de origen son consideradas como “migrantes” de manera genérica, aún con las marcas de violencia extrema que llevan en su palabra  y que podrían hacerlas acreedoras de la categoría “refugiada” o “asilada”. Desde México, son vistas como “madres buscadoras”, en el mejor de los casos, las autoridades recuerdan que también son  migrantes, pero no consideran que tal vez esa migración fue involuntaria. Pareciera ser que cada país le correspondiera atender solamente una forma de violencia, sin considerar que las violencias como el desplazamiento forzado y la desaparición de un ser querido, entre otras más, no sólo se encadenan sino que se abigarran como un nudo que estas mujeres tienen que llevar a cuestas. 

Historias como la de Iris y Karla nos recuerdan que es altamente probable que quien busca, haya tenido que emprender también un proceso migratorio no voluntario, ya sea para realizar las búsquedas con el cuerpo propio, o para escapar ellas mismas del contexto de violencia que compartieron con su ser querido desaparecido, y poder seguir con la búsqueda. En México conocemos experiencias de madres y familiares en búsqueda que han tenido que enfrentarse al desplazamiento forzado al interior del país [4] o incluso han tenido que emigrar hacia otros países, entre ellos, Estados Unidos [5] por esos mismos motivos. 

Resulta necesario que comencemos a considerar las conexiones entre hechos de violencia que parecen estar separados. Empezar a enfrentar el nudo de violencias que las familias y comunidades buscadoras llevan a cuestas quizá sea la primera manera de empezar a desenmarañarlos para tejer esperanza. 

Referencias:
[1] DW, 3 de mayo de 2023 

https://www.dw.com/es/adi%C3%B3s-t%C3%ADtulo-42-en-ee-uu-se-viene-una-ola-de-solicitudes-de-asilo-desde-am%C3%A9rica-latina/a-65497008

[2]  La Prensa. Hn, 23 de abril de 2023

https://www.laprensa.hn/premium/especiales/hondurenos-espana-madrid-barcelona-valencia-sevilla/cuantos-hondurenos-viven-espana-cuantos-espanoles-honduras-MK13087821

[3] ““El asilo nunca fue pensado para aliviar los problemas, incluso problemas serios, que la gente enfrenta todos los días alrededor del mundo”, dijo el fiscal general estadounidense, Jeff Sessions, en junio al anunciar que ya no considerarán la violencia doméstica o de pandillas como fundamentos para pedir refugio.”, en New York Tomes, julio de 2018

[4] Querales-Mendoza, M.- ek. (2020). “No se pueden llevar a mi esposo”: desaparición forzada y desplazamiento interno forzado en el contexto de la guerra contra el narcotráfico en Michoacán (México). Historia y sociedad, (39), https://revistas.unal.edu.co/index.php/hisysoc/article/view/82973 

[5] Por ejemplo, el caso del núcleo familiar de las hermanas Alvarado, víctimas de desaparición forzada, véase CIDH, caso Alvarado Espinoza y otros vs. México, sentencia, 28 de noviembre de 2018 https://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_370_esp.pdf 

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*Sandra Odeth Gerardo Pérez es estudiante de doctorado en antropología social asociada del GIASF y colaboradora solidaria con colectivos de búsqueda de personas migrantes desaparecidas en México.

El Grupo de Investigaciones en Antropología Social y Forense (GIASF) es un equipo interdisciplinario comprometido con la producción de conocimiento social y políticamente relevante en torno a la desaparición forzada de personas en México. En esta columna, Con-ciencia, participan miembros del Comité Investigador, estudiantes asociados a los proyectos del Grupo y personas columnistas invitadas (Ver más: http://www.giasf.org)

La opinión vertida en esta columna es responsabilidad de quien la escribe. No necesariamente refleja la posición de adondevanlosdesaparecidos.org o de las personas que integran el GIASF.

Publicado originalmente en A dónde van los desaparecidos

 

 

 

Ubican con ‘censo’ a personas desaparecidas vivas y depuran el registro

                                                                                                 Foto: Adónde van los desaparecidos

 

Camelia Muñoz

El fiscal de Coahuila José Ángel Herrera Cepeda asegura que entre 60 y 70 personas reportadas como desaparecidas, de un total de cerca de 80 incluidas en la lista que le entregó la CNB, han sido halladas; una situación que se repite en Hidalgo y Durango. Grupo Vida niega que hayan sido encontradas, pues son casos en que los familiares no retiraron las denuncias

En Coahuila, “60 o 70” personas registradas como desaparecidas fueron localizadas como resultado de la búsqueda casa por casa instruida por el presidente Andrés Manuel López Obrador, por lo que fueron eliminadas del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), aseguró en entrevista José Ángel Herrera Cepeda, fiscal de personas desaparecidas en el estado.

“Fueron aproximadamente alrededor de más o menos 80 personas que aparecían en las bases de datos del registro de vacunación [que les envió la Comisión Nacional de Búsqueda, CNB], y nosotros nos dimos a la tarea de ubicar a algunos, y los dimos de baja ya del registro nacional… Ubicamos aproximadamente como a 60 o 70 personas”, indicó el fiscal en entrevista.

A dónde van los desaparecidos dio a conocer que personal de las comisiones de búsqueda de estados como Coahuila, Durango, Veracruz, Aguascalientes e Hidalgo han acudido a casas de familiares de personas desaparecidas para cerciorarse de si sus familiares siguen desaparecidos, con el argumento de que su pariente aparece en los registros oficiales como vacunado contra el covid-19. 

Los colectivos califican ese procedimiento de revictimizante porque los funcionarios llegan -a veces acompañados de servidores de la nación, policías o agentes de la Guardia Nacional- a hogares de personas que siguen sin ser localizadas, además de que no proporcionan pruebas ni información sobre su paradero. 

Estas visitas se realizan por petición de la CNB, tras cruzar bases de datos, como las vacunaciones contra el coronavirus, con el RNPDNO. El objetivo, según López Obrador, es elaborar un nuevo censo “confiable”de personas desaparecidas, aunque el Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México ha señalado que podría tener el propósito de disminuir las cifras, que superan las 110,000 personas desaparecidas.

“Lo que nosotros estamos haciendo es que, en base a esta información, ellos [la CNB] en su momento pasaron un listado con homónimos, muchos de ellos. Nosotros los localizamos y fuimos a sus domicilios en base a la información que se nos proporcionó en este listado por parte de la comisión y sí estaban; vaya, ya habían regresado a sus domicilios. Otros tantos no”, explicó Herrera Cepeda.

Aunque se le solicitaron más datos, no proporcionó detalles.

En la lista enviada por la CNB a Coahuila, a la que tuvo acceso este medio, aparecen 95 personas vacunadas cuyos nombres coinciden con reportes de desaparición, cifra superior a las 80 mencionadas por el funcionario estatal.

Silvia Ortiz, fundadora del colectivo Víctimas por sus Derechos en Acción (Grupo Vida) en Torreón, dijo que los casos corresponden a familias que no retiraron las denuncias de desaparición una vez que las personas retornaron, en varios casos jóvenes.

“Entonces, lo que pasa es que los jóvenes desaparecieron desde no sé cuándo y nunca fueron a quitar la denuncia. Entonces, le dije al fiscal Herrera que no es que [ustedes] los hayan encontrado; más bien [las familias] nunca se presentaron a quitar la denuncia, y esa es una situación totalmente diferente a lo que están planteando”.

El fiscal Herrera Cepeda, según Ortiz, le dijo que tras estos hallazgos no se harían modificaciones al RNPDNO. En cambio, en la entrevista, el funcionario afirmó que eliminaron los nombres de las personas reportadas como desaparecidas que fueron localizadas en sus domicilios o que un familiar les confirmó que estaban vivas.

El fiscal precisó que algunas personas habían vuelto desde hacía tiempo con sus familias, pero estas no habían avisado a las autoridades. Sucedió también que los familiares no estaban vinculados con colectivos de búsqueda, y se desconocía su regreso.

Durango e Hidalgo reportan “hallazgos”

José Ángel Herrera Cepeda, fiscal de personas desaparecidas en Coahuila, aseguró que fueron eliminados del registro nacional entre 60 y 70 nombres de personas reportadas como desaparecidas que fueron localizadas. (Facebook).

 

El procedimiento de visitar los domicilios sin un protocolo amerita, para la vocera de Grupo Vida, un llamado de atención de la Secretaría de Gobernación, de la que depende la CNB. Ortiz calificó el trabajo de su titular, Karla Quintana, como pésimo, desordenado, sin logística y, “sobre todo, sin sensibilidad para hacer esto”.

Tras la indignación que causó la noticia del envío a los estados de las listas con los nombres de las personas desaparecidas presuntamente localizadas, la CNB suspendió las visitas de sus funcionarios a las familias, y actualmente son realizadas por integrantes de la Secretaría de Bienestar.

Madres como la guerrerense Sandra Luz Román, que hace más de un mes —como publicó este medio— recibió un correo electrónico con información de que su hija Ivette Melissa Flores Román, desaparecida en Iguala hace once años, se había vacunado en 2021 contra el covid-19, no han recibido nueva información de las autoridades.

“Han pasado muchos días y ya no regresaron a decirme algo. Nosotros buscamos la plataforma [de vacunación], fuimos a la Secretaría de Bienestar y nos informan que no tienen ni un solo dato. O sea, ya cambiaron la jugada y pareciera entonces que no, que nunca existió ese registro de vacunación”, indicó vía telefónica.

El pasado 8 de agosto, la madre buscadora Ortiz se reunió con el comisionado de Búsqueda de Durango, Carlos  Burciaga, quien -asegura- le dijo que la titular de la CNB “ya nos trae para que nos apresuremos porque quiere ya las cifras” de las personas que la dependencia estatal ha localizado con vida. En dicho estado, el funcionario afirmó al periódico Milenio que 150 personas con denuncia de desaparición fueron halladas tras la visita a sus casas.

En Hidalgo, Santiago Nieto Castillo, jefe del despacho de la Procuraduría General de Justicia estatal, escribió en El Universal que un convenio con la CNB permitió implementar el “operativo casa por casa”, con el que han localizado 157 personas —144 con vida y 13 fallecidas—, y ubicado a otras 65.

La dinámica es idéntica a la que se realizó en Coahuila con la lista de vacunación: funcionarios de la comisión recorrieron los domicilios en busca de las personas para constatar si estaban en sus hogares.

El comisionado de Búsqueda en Coahuila, Ricardo Martínez, no atendió las solicitudes de entrevista, mientras que un funcionario de la CNB, que pidió no ser identificado, explicó a esta reportera que en la base de datos de quienes se vacunaron contra el covid-19 hay varios homónimos de personas desaparecidas y se trabaja para determinar si se trata de la misma persona.

“Botín político”

La directora del Centro para los Derechos Humanos Fray Juan de Larios, Blanca Martínez, consideró que las listas de personas desaparecidas presuntamente localizadas se han convertido en un botín político para las autoridades.

“Es sumamente perverso el juego de las autoridades: ‘no atiendo la problemática de la desaparición, pero sigo jugando con las listas’ y con comentarios tan irresponsables como [que] varios desaparecidos están vivos, están trabajando en otro lugar o están en Estados Unidos. Es decir, que su postura es que no hay desapariciones y la gente se movió porque quiso a otro lado, por lo tanto no hay responsabilidad del Estado, pero […] ciertamente sí estamos viviendo una crisis de derechos humanos que se manifiesta muy dramáticamente en las desapariciones, en las ejecuciones extrajudiciales y en el desplazamiento forzado”, señaló.

En el sexenio de López Obrador, cada hora desaparece una persona. Durante la administración de Felipe Calderón, la cifra fue de ocho personas por día, y 16 en el gobierno de Enrique Peña Nieto. 

Martínez advirtió que existe un manejo discrecional y manipulado de los datos, lo que implica una responsabilidad en materia de derechos humanos, e incluso penal, y aseguró que los intentos por borrar registros y disminuir la cantidad de personas desaparecidas están relacionados con la sucesión presidencial, y con gobiernos de estados que pretenden evadir su responsabilidad en este delito.

“Entonces, el juego perverso de la danza de las cifras es una estrategia de golpeteo de tortura psicológica institucional contra las familias de [personas] desaparecidas”, dijo en entrevista desde Saltillo.

La defensora afirmó que el RNPDNO tiene muchas deficiencias, como registros duplicados, y criticó el hecho de que la CNB no cuente con las herramientas tecnológicas que permitan una localización rápida de las personas.

“Hacienda tiene una base de datos importante y, si ve que no declaraste una factura, inmediatamente te localizan y saben quién eres y dónde vives y te amenazan hasta con meterte a la cárcel”, señaló. “El problema en México no es un problema de tecnología, sino que no les interesa saber quiénes son los desaparecidos y no les interesa gastar millones de pesos en hacer bases de datos que van a funcionar, porque de fondo es una política de Estado, es un posicionamiento y es una política de continuidad”.

**Foto de portada: Integrantes del colectivo Grupo Vida marcharon el pasado 10 de mayo en Torreón, Coahuila, para exigir la búsqueda de sus familiares desaparecidos. (@movNDmx)

www.adondevanlosdesaparecidos.org es un sitio de investigación y memoria sobre las lógicas de la desaparición en México. Este material puede ser libremente reproducido, siempre y cuando se respete el crédito de la persona autora y de A dónde van los desaparecidos (@DesaparecerEnMx).

Camelia Muñoz. ​​Periodista en Coahuila, donde ha documentado desde el 2009 las desapariciones en el estado. Cubre también temas de corrupción, transparencia y derechos humanos. Actualmente es corresponsal de MVS Noticias y colabora con medios como Proceso y Agencia CIMAC.