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Miles de mujeres chilenas realizaron un performance en el marco del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 en aquel país, el cual fue liderado por Augusto Pinochet; con velas en las manos y ataviadas con ropa negra exigieron “Nunca más la palabra silenciada. Nunca más las prácticas de guerra. Nunca más política de masacre. Nunca más cuerpos torturados y violados. Nunca más violencia sexual política”.
A los alrededores del Palacio de la Moneda, en Santiago, la noche del 10 de septiembre las mujeres realizaron una vigilia en la que gritaron al unísono una serie de consignas entre las que destacaron que ni en Chile, ni en Colombia, ni en ningún lugar de Latinoamérica aceptarán otro golpe de Estado.
Con la consigna «La democracia bombardeada Nunca +» fue convocada dicha movilización en la que participaron madres, hermanas, hijas y viudas de las personas desaparecidas y ejecutadas durante el gobierno de Augusto Pinochet.
Al mismo tiempo que este acto se realizaba, a unas calles se encontraba el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, quien durante su visita oficial no mencionó la crisis de desapariciones que enfrenta México y tampoco la violencia feminicida desbordada en todo el país.
Augusto José Ramón Pinochet Ugarte, en calidad de Comandante en Jefe del Ejército de Chile, encabezó el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 que derrocó al gobierno de Salvador Allende. Tras el bombardeo a La Moneda, el poder fue asumido por una Junta Militar de Gobierno liderada por Pinochet, siendo nombrado Jefe Supremo de la Nación el 27 de junio de 1974 y, pocos meses después, presidente de la República.
“Su estadía en el poder se caracterizó por el quebrantamiento del sistema democrático, la disolución del Congreso Nacional, la proscripción de los partidos políticos, la restricción de los derechos civiles y políticos (libertad de expresión, información, reunión y movimiento) y la violación de los derechos humanos”, recuerda la Biblioteca Nacional de Chile.
Por ello, como parte de los actos de memoria, Isabel Allende, hija de Salvador Allender, emitió también un discurso en el que aseguró que «la memoria es un primer paso para llegar a la verdad, pero necesitamos mucho más para llegar a la justicia y asegurar la no repetición de los hechos de ese día».
«El golpe de estado fue un crimen y no hay contexto (…) que legitime el despojo de la voluntad popular. Entiendo que puede haber muchas interpretaciones, pero ‘nunca más un golpe de estado debiera ser el consenso de todas las fuerzas políticas», aseguró la ahora Senadora.
Las mujeres en la dictadura
En 2011 el organismo Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, mejor conocida como “Comisión Valech”, entregó un informe en el que se acusó que podrían existir más de 60 mil casos de detención ilegal, tortura, ejecuciones y desapariciones duante la dictadura.
Antes de que se creara esta Comisión (en 2003), Chile reconocía únicamente dos mil 279 asesinatos a manos de agentes del Estado durante este periodo que duró de entre 1973 y 1990.
Entre los crímenes de Estado perpetrados y documentados en el año 2005 por la Comisión se encuentra la violencia sexual contra mujeres que eran detenidas “por sus ideas, sus acciones y participación política”, recuerda la Comisión Valech.
“Esta Comisión recibió el testimonio de tres mil 399 mujeres. Más de la mitad de ellas estuvieron detenidas durante 1973. Casi todas las mujeres dijeron haber sido objeto de violencia sexual, sin distinción de edades, y 316 dijeron haber sido violadas. No obstante, se estima que la cantidad de mujeres violadas es muy superior a los casos en que ellas relataron haberlo sido, por las consideraciones anteriores y porque existen numerosos testimonios de detenidos que señalan haber presenciado violaciones, cometidas en una gran cantidad de recintos de detención”.
Respecto a las edades de las mujeres que entonces fueron detenidas, la Comisión destaca que casi el 37.7 por ciento (1.282) de las mujeres que sufrieron prisión política y tortura tiene hoy día más de 60 años y un 38.4 pot ciento (1.306) se ubica entre los 51 y 60.
El 18.1 por ciento (615) tiene entre 41 y 50 años, mientras que las menores de 40 representan un 5.8% (196), entre las cuales hay quienes (en 2005) tenían entre 21 y 30 años. Ellas, junto a las mujeres jóvenes, madres, hermanas e hijas se manifestaron en contra de estas violencias y exigieron nunca más su repetición.